De 10 años a la fecha los padres se han vuelto permisivos, es decir, que consienten muchos de los actos en los infantes, aunque éstos sean incorrectos. De acuerdo a la coordinadora del Sistema de Alerta Temprana de la Secretaría de Educación, Margarita Duarte Quijano, es un tema preponderante que afecta la educación de los jóvenes en edad estudiantil.
En entrevista para Por Esto! la también maestra comentó que el crecimiento académico de los muchachos de secundaria se ve truncado por el comportamiento permisivo de los padres de familia. “Si ponemos a un niño a limpiar su salón, viene la mamá y te acusa con derechos humanos, porque estás `poniendo a trabajar a tu hijo y eso no ayuda en su desarrollo”, comentó.
Por sus años de experiencia, dijo que esta tendencia ha ido incrementando conforme avanzan los años y a pesar de que a la fecha no representa un gran porcentaje en deserción, existen indicios que es el primer paso para ausentarse definitivamente de las aulas.
Aseguró que la facilidad con que manipulan a los padres, los jóvenes han ganado terreno en la toma de decisiones familiares y por ende, se deben regresar a prácticas más rigurosas, por supuesto evitando castigos físicos. “Hay que poner límites, porque si no ponemos límites y no volvemos a exigir respeto a nuestros hijos, la moral se va a seguir perdiendo”.
Aseguró además, que la autoridad que antes ejercían los docentes con los estudiantes ya no existe, pues ahora los padres no permiten que los correctivos dentro de las escuelas sean aplicados, es decir, no avalan la responsabilidad que los docentes tienen en sus aulas.
Para revertir las tendencias y evitar que se consume más deserción escolar, en algunas escuelas de nivel secundaria se han implementado dentro de los programas educativos la inclusión de actividades extracurriculares diferentes a las que años atrás existían.
“En las comunidades más apartadas, que es donde tenemos mayores índices de deserción tienen huertos, me encontré en Centenario una siembra de chile habanero que les reditúa como 60 mil pesos anual, que es para hacerle mejoras a la misma escuela”.
Asegura que cuando los alumnos se hacen partícipes de las mejoras del mismo se adjudican un sentido de pertenencia que no ocurre en la ciudad.
Desde 2015 con la implementación del programa “Proma joven” para que las personas con alguna condición no dejen de estudiar, se han obtenido resultados favorables en materia educativa.
Duarte Quijano detalló que hace 10 años a nivel nacional se tenía registro en deserción de más del 50 por ciento y actualmente se contabiliza a 12%.
(Jorge Chan)