Este martes los habitantes de Chiná hicieron una pausa en sus actividades cotidianas para participar en una de las manifestaciones culturales que marcan el fin de las carnestolendas: El toro petate.
En el caso de Chiná, esta expresión cultural va acompañada de “La Pintadera” y, para la ocasión, la autoridad permite que el Pueblo se expresa e incluso se toleran situaciones como el consumo de bebidas espirituosas en la vía pública.
Ayer la fiesta empezó desde temprano y los participantes procuraron ofrecer un espectáculo apegado a la tradición, que en el caso del Toro Petate, no necesariamente es una parodia taurina, sino un bien maquillado reclamo del Pueblo.
El papel principal en esta representación teatral que marca el inicio de la Cuaresma es representado por el individuo que carga el toro –casi siempre construido a base de madera, tela y los pitones de alguna res sacrificada-. Pero también hay lidiadores, sin embargo lo que más llama la atención es la grotesca representación de una mujer pública.
Ritual brusco, el Toro Petate bien podría representar en forma sintetizada la esencia de la sociedad. Los jerarcas de la política y empresarios poderosos estarían bien representados por la embrutecida res que embiste y avasalla al matador, en este caso el Pueblo, y una autoridad inmoral que baila y festeja la desgracia de quienes debería tutelar, defender.
(POR ESTO! Campeche)