Tras indicar que se ha desplomado en un 50 por ciento el precio de la compra-venta de la pepita tipo chigua, el comisario ejidal de Bolonchén de Rejón, Helbert Cauich Ramírez, mencionó que, ante la falta de un buen mercado, son los coyotes quienes más se benefician, porque se ponen de acuerdo para “machetear” a los productores.
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En entrevista, expresó que el año pasado el precio de comercialización de la chigua terminó en 33 pesos el kilo, y al iniciar hace más de un mes el corte de la calabaza para extraer la pepita, los coyotes empezaron a comprar la chigua a ese precio y lo mantuvieron unas semanas así.
Sin embargo, dijo que la semana pasada, el precio de compra-venta se desplomó considerablemente al bajar de 33 a 25 pesos, e indicó que se ha enterado que a muchos productores les han comprado su producto entre 20 y 22 pesos el kilo, lo que agrava la situación, aunque indicó que son pocas las personas que vendieron a este último precio.
No ha habido un buen mercado de la chigua y, ante la falta de un canal de comercialización, los coyotes son los más favorecidos porque son ellos quienes, en común acuerdo, ponen el precio de compra-venta, añadió.
Expresó que los coyotes acuden a las comunidades y pagan de inmediato y en efectivo, y eso provoca que el productor o el campesino se vea tentado a vender hasta en la puerta de su casa o bodega, y al final termina vendiendo su chigua a bajo precio, al costo que el coyote le diga que está el precio en la región.
Indicó que el fruto del esfuerzo del campesino o del productor al final está mal valorado cuando vende su producto, pues no él pone el precio, sino el comprador, que en este caso es el coyote, quien es el más aprovechado y beneficiado a la vez.
Cauich Ramírez mencionó que producir una hectárea cuesta en promedio entre cinco y seis mil pesos, y cuando hay buena cosecha, pese a las plagas y otros factores, si el productor saca más de una tonelada, le fue muy bien. Pero cuando el volumen de producción en una hectárea está entre 700 y 1,000 kilos, su cosecha estuvo bien; cuando está entre 500 y 700 kilos, la situación es regular; y cuando es menos, quiere decir que le fue muy mal.
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Desgraciadamente, no hay un buen mercado para comercializar la chigua, nadie paga más que los coyotes, quienes monopolizan la compra-venta, y ellos son los más beneficiados porque ellos ponen el precio, y su estrategia es que manejan un buen precio cuando está el cultivo, pero cuando se empieza a cosechar, le bajan el precio en perjuicio del productor.
Por último, mencionó que en el ejido de Bolonchenticul (Bolonchén de Rejón) se sembraron en este periodo de cultivo primavera-verano 2025, unas 30 hectáreas de chigua.
JGH