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Conoce el Choo Ba’ak, un ritual de conexión espiritual en Pomuch, Hecelchakán en Campeche

Pomuch celebra el Día de Muertos con una tradición única: la limpieza de huesos. Las familias se reúnen para honrar a sus difuntos, rezar, compartir alimentos y decorar los nichos.
Tradición que no se olvida: así se celebra el Hanal Pixán en Pomuch
Tradición que no se olvida: así se celebra el Hanal Pixán en Pomuch / Jorge Amado Caamal

A la entrada del poblado de Pomuch, ubicado a poco más de 56 kilómetros de distancia de la ciudad de San Francisco de Campeche, se ubica el cementerio principal de la comunidad, donde año con año los ciudadanos convergen para limpiar las osamentas de sus difuntos, y recibirlos de la mejor manera el Día de Muertos, fecha en la que, según las creencias, las almas de las personas regresan al mundo terrenal a convivir con los vivos.

En una actividad que ellos consideran íntima con sus familiares, algunos llegan desde quince días o una semana antes para alistar detalles del festejo, ese es el caso de Santos Porfirio Martín Kuk, quien año con año acude al cementerio principal para limpiar los restos de su hermano y el próximo dos de noviembre, preparará sus platillos preferidos para recibirlos en su morada.

“La limpieza de los Santos Restos es una práctica cultural maya milenaria y, para nosotros los familiares, es sagrada en memoria de nuestros queridos difuntos”, expresó Martín Kuk tras limpiar los restos de su hermano Alfonso Martín, fallecido hace dos décadas en un accidente en la carretera federal Campeche-Mérida. “Luego sacamos los restos y, en poco tiempo, se robaron la cabeza”, indicó, al detallar la tristeza que vivieron por la pérdida de su hermano en vida, y luego la profanación de sus restos.

Choo Ba´ac: la tradición que une generaciones en la villa de Pomuch

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Poco a poco llegan familias cementerio de Pomuch a celebrar la memoria de sus difuntos con el ritual Choo Ba´ac

Explicó que se acerca la celebración del Día de Muertos y que están entusiasmados por cumplir el ritual del Choo Ba’ak, o limpieza de huesos, para ellos, es una herencia cultural, y están adelantando la limpieza esta misma semana, como lo hacen muchas familias. Entre ellas la del señor José Dzul Quimé, quien llegó a limpiar los huesos de su padre y su madre: Francisco Dzul Góngora y Herlinda Quime May,

“El primero falleció hace 26 años y mi madre hace 10 años”, dijo, y recordó la ocasión con añoranza. Indicó que se siente viva la conexión con sus seres queridos, quienes a veces se les aparecen en sueños antes de realizar la limpieza de los huesos, por sentimiento, la nostalgia puede ganarles, pero esto también los motiva a dejar impecables los Santos Restos, con sus paños bordados y nichos pintados. Al momento de recibir a las ánimas durante la celebración de Hanal Pixán o Día de Muertos, el cementerio está listo para ser bendecido por el presbítero Fernando Mex Collí, quien hará el llamado a quienes se adelantaron en la vida terrenal.

El viejo panteón recibe cada año a visitantes de todo el mundo
El viejo panteón recibe cada año a visitantes de todo el mundo / Jorge Amado Caamal

De la misma forma, se realizó la limpieza de un cadáver momificado, en vida llamado Mario Ernesto Canché Uc, quien falleció a los 19 años. Era estudiante de la Escuela Normal Rural Justo Sierra Méndez de Hecelchakán y murió hace 12 años en un accidente en el camino de Tenabo, al derrapar con su motocicleta, relató aún con mucho pesar su hermano Wilson Canché Uc. “Fue un dolor enorme; de cuatro hermanos quedamos tres, él era integrante del equipo de fútbol D-7 Indios”. Wilson relató que, mientras rezaban por su hermano, una mariposa ingresó a la casa y se posó en la mano de sus tres hermanos presentes, así como en las manos de sus padres, y luego salió.

Una cosmovisión que se rige por costumbres

La osamenta debe limpiarse de abajo hacia arriba
La osamenta debe limpiarse de abajo hacia arriba / Jorge Amado Caamal

La limpieza de huesos tiene una antigüedad comprobada de al menos 150 años, por lo que ya se considera una costumbre y tradición de la comunidad, por ello, se reconoce su derecho a prevalecer año con año, sin que exista sanción alguna por parte de las autoridades locales o federales. Aunque las leyes tipifican la exhumación de restos a través del artículo 281 del Código Penal Federal, Pomuch puede considerarse la “excepción de la regla”, ya que este ritual se realizaba antes de su entrada en vigor.

No obstante, si bien la actividad está permitida en la comunidad por usos y costumbres, esta debe realizarse únicamente dentro de la jurisdicción de dicha demarcación, es decir, aunque una persona originaria de Pomuch desee llevar a cabo la práctica en otro lugar, incurriría en un delito tipificado por la misma norma. El caso de Pomuch es particularmente singular, sus habitantes celebran la tradición basados en creencias mayas. Y es que, según la cosmovisión maya, la muerte no representa el fin de la vida, sino una etapa más dentro del ciclo vital, un paso necesario para la reencarnación en otro ser vivo.

El exsepulturero Venancio Tuz es parte fundamental de la tradición
El exsepulturero Venancio Tuz es parte fundamental de la tradición / Jorge Amado Caamal

A diferencia de otras religiones, en las creencias mayas los habitantes no temen a la muerte, por el contrario, la consideran una de las expresiones más significativas de la vida, tras el fallecimiento, el alma desciende al inframundo, conocido como Xibalbá, donde se juzga la vida que la persona llevó para determinar si reencarnará como ser humano, animal o si será castigada.

Estructura y respeto

La limpieza de huesos sigue un procedimiento estructurado, una vez que los restos son retirados de la caja donde fueron depositados, deben limpiarse de abajo hacia arriba, se inicia con los huesos de los pies, continuando por las piernas, la pelvis, el tórax, el cuello y, finalmente, el cráneo, cuyo cabello debe peinarse en caso de conservarlo. Aunque es una actividad familiar, no impide que sea una oportunidad de empleo; el sepulturero Alfonso Hernández Aké presta sus servicios aseando los huesos y cambiando los paños de los difuntos; cobra solo 40 pesos por cajita.

Durante la entrevista limpió a quien fuera en vida Graciano Xool Poot, seguido de Galdino Xool y Aurora Coox; para ello fue contratado por las señoras Carmen y Candi Xool Coox, quienes indicaron que no se puede perder esta tradición que hoy está en el ojo del mundo, pues atrae a periodistas nacionales e internacionales al panteón.

Tras quitarles el polvo, los huesos son colocados en paños nuevos
Tras quitarles el polvo, los huesos son colocados en paños nuevos / Jorge Amado Caamal

“Hacemos todo lo necesario; incluso el polvo del mantel se recoge en una bolsita y se deja entre los mismos huesos, no se tira, es el polvo del hueso, que con el tiempo se deshace”, explicó el sepulturero; también señaló que, en los últimos diez años, ya no desaparecen las extremidades de los cuerpos como antes.

Platicamos con los muertitos”, dijo por su parte María del Carmen Gómez Naal, acompañada por su hermana y su madre, mientras limpiaba los huesos de sus tíos, entre ellos Javier Naal Cocom, fallecido hace años. La limpieza de los huesos es una preparación para la llegada de las ánimas, muchos practican el Choo Ba’ak un año después de exhumar los restos, otros a los dos años; y el día del Hanal Pixán, algunos acuden al cementerio para compartir los pibipollos y dulces con sus seres queridos, pues afirman que sienten una conexión especial con ellos. Aun bajo los rayos del sol, varias familias continúan realizando este ritual funerario único de Pomuch, felices de convivir con sus difuntos, y de reafirmar así su identidad cultural.

JY

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