Incluso bajo lluvia, decenas de habitantes de la colonia ampliación Leovigildo Gómez se reunieron a la altura de la cancha de usos múltiples para manifestarse contra el cambio de rutas impuesto tras la llegada del nuevo sistema de transporte público “Ko’ox”, los cuales incluso detuvieron el paso de la unidad número 100 con tal de hacer llegar su mensaje hasta las autoridades estatales.
Molestos por las afectaciones generadas con los nuevos cambios en el transporte, decenas de vecinos de la Leovigildo se unieron a las otras colonias que a lo largo de la semana se han manifestado para exigir el regreso de las rutas anteriores y la eliminación de los transbordos, argumentando que en lugar de verse beneficiados con el nuevo sistema es todo lo contrario.
Ahora tienen que recorrer mayores distancias para abordar el camión y su tiempo de traslado se ha prolongado más en comparación con antes, cuando el trayecto era directo desde la colonia hasta el mercado.
Además, expresaron su inconformidad con el aumento del pasaje, ya que consideran que el cambio drástico de ocho a 18 pesos es demasiado, pues aseguran que dicha diferencia gradualmente afectaría sus economías, sobre todo tratándose de padres y madres de familia con dos, tres o más hijos.
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Al igual que los ciudadanos de otras colonias, el argumento fue exactamente el mismo, resaltando que no se oponen ni a la modernidad ni a un pequeño incremento en el costo de los pasajes, simplemente lo que no consideran necesario es el cambio de las rutas a las que ya estaban acostumbrados y a la nueva imposición de realizar uno o más transbordos que alarga los tiempos de traslado cuando antes era un recorrido directo y más rápido, “no estamos hablando mal de los camiones, estamos hablando de las rutas”, declararon.
Algunos vecinos comentaron que el tema de los paraderos también ha sido perjudicial, ya que antes no se veían obligados a formarse por varios minutos en largas filas y expuestos a las condiciones del clima, pues el camión paraba en cada esquina, explicando que, en comparación, dicho sistema era más eficiente que el nuevo.
“Queremos una solución; en la hora pico la cola se hace larguísima y eso es un atraso para los que vamos a trabajar o llevamos a los niños a la escuela”; “la modernidad está bien, pero están maquillando el alza de precios”; “40 minutos para un recorrido que me tomaba 15”, fueron algunos de sus comentarios de disgusto.