Aunque se supone que vivimos en tiempos “modernos” y de “inclusión”, la discriminación sigue siendo el factor de mayor afectación para las personas con discapacidad en Campeche.
En el caso de los hombres, este problema complica el día a día del 55.9 por ciento, y en el de las mujeres, del 44.5 por ciento, quedando muy por encima de otras formas de segregación social relacionadas con la edad, enfermedad, peso, estatura u otros factores.
Este tema, que alcanza a más de 174 mil 478 personas con discapacidad o alguna limitación en Campeche, sigue siendo uno de los principales retos por atender y erradicar, coincidieron los ciudadanos Diego Ávila y Cinthya Martínez, de las asociaciones civiles “Rompiendo Barreras” y “Discapacitadas Motrices”.
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Señalaron que tener una discapacidad en estos días no solo implica la falta de espacios laborales en los sectores privado y público, sino también dificultades para acceder a servicios de salud o a una vivienda, lo cual está relacionado con la escasez de oportunidades laborales.
De acuerdo con el Consejo Estatal de Población (Coespo), la población mencionada está distribuida por municipio: Campeche (68,873), Carmen (43,742), Champotón (13,163), Escárcega (10,456), Candelaria (8,233), Calkiní (7,592), Hopelchén (6,136), Hecelchakán (5,123), Calakmul (5,090), Seybaplaya (3,487), Dzitbalché (2,837), Tenabo (2,391) y Palizada (1,355).
Comentaron que, en muchas ocasiones, deben crear por su cuenta espacios para obtener ingresos, como lo harán el próximo sábado 6 de diciembre, cuando organizarán una kermés en el Parque de la Libertad de la Expresión, en la colonia Centro de la capital, donde personas con discapacidad ofrecerán sus creaciones.
“Eso es lo que buscamos: espacios para generar ingresos, sobre todo cuando tenemos necesidades familiares”, destacó Cinthya Martínez.
Por su parte, Diego Ávila consideró que también es necesario trabajar en la educación y cultura de la población, para fomentar el respeto a los espacios destinados a este sector, como los cajones de estacionamiento, que con frecuencia no se respetan.
“El pensamiento de la gente aún no está adaptado para reconocer y respetar los lugares que nos corresponden”, añadió.
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JY
