El gremio Juventud Católica se lució la noche de ayer con la quema de una amplia gama de fuegos artificiales, en una jornada donde las familias salieron a disfrutar de una noche luminosa y festiva. Niños y adultos gozaron de casi dos horas de espectáculo pirotécnico, destacando los tradicionales toritos, que estuvieron particularmente agresivos. Se reportó saldo blanco al finalizar el evento.
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Las actividades del gremio iniciaron desde las 10 de la mañana, con la salida desde la parroquia hacia el domicilio de los patrones, ubicado en el barrio de San José. Allí se registró una gran afluencia de familias, que acompañaron al gremio con estandartes. Al llegar, se realizó la repartición de desayunos, consistentes en tamales colados y la tradicional horchata, una costumbre que se ha mantenido de generación en generación.
A eso de las 18:00 horas, las familias se congregaron nuevamente en el domicilio del patrón para trasladar los estandartes a la Parroquia Central de Nuestra Señora de la Asunción, donde fueron recibidos por el párroco Juan Carlos Centeno Cruz. El sacerdote bendijo a los socios y acompañantes antes de oficiar la santa misa, como parte del ritual previo a la quema de fuegos artificiales.
Tras culminar la ceremonia religiosa, el sonido de la charanga marcó el inicio del espectáculo pirotécnico. La jornada comenzó con la quema de una cascada frente a la iglesia, seguida por un ciprés, los toritos, globos de cantora, decenas de voladores de luces y bomba, morteros y cajitas, que iluminaron la noche y llenaron de emoción a los asistentes.