Una pareja de jóvenes campechanos necesita 14 días para rodar en bicicleta desde Hopelchén hasta la Ciudad de México, con el propósito de cumplir una manda a la Virgen de Guadalupe en su fiesta patronal anual. Aunque reconocen los riesgos de recorrer miles de kilómetros, aseguran que su fe, la camaradería con otros peregrinos y el buen corazón de los ciudadanos son razones por las que este acto de amor hacia la Morenita del Tepeyac sigue vivo en México.
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Daniel Poot y Jhovani Chan son de los primeros peregrinos guadalupanos que pasan por Ciudad del Carmen rumbo a la basílica. Su travesía desde este municipio de Campeche hasta el santuario en la Ciudad de México les tomará más de dos semanas. No mayores de 30 años, se consideran “novatos” en recorrer el país en bicicleta, ya que en años anteriores solo peregrinaron dentro del estado. Desde 2024 y ahora en 2025, decidieron aventurarse hasta el santuario mayor, confiando en que el clima y el tiempo les favorezcan.
Su historia de fe se refleja en cada palabra que intercambian con quienes les animan en el camino: ciudadanos, pobladores y conductores que comparten con ellos largos tramos carreteros. Daniel relata que el amor por la Virgen de Guadalupe cruza fronteras y toca corazones, como lo vivieron el año pasado cuando llegaron por primera vez a la basílica. Desde entonces, prometió volver, y desde hace cinco meses comenzó a ahorrar para cumplir su promesa.
Impresionado por la cantidad de peregrinos de todo México y hasta de Estados Unidos que participan en los festejos del 12 de diciembre, Daniel destaca que muchos llegan antes y que en la capital siempre son recibidos y asistidos para regresar sanos y salvos. Aunque reconoce que hay historias desgarradoras de accidentes, agradece a la Virgen su protección, pues nunca han sufrido percances ni han sido víctimas de inseguridad. Esperan volver a Hopelchén con imágenes religiosas y santos, como parte de las promesas que llevan por las familias que los apoyan.
