
A una semana de haber dado inicio un nuevo semestre en la Universidad Autónoma del Carmen (UNACAR), estudiantes de las facultades de Ciencias de la Información, Derecho, Salud e Ingeniería y Arquitectura buscaron a los medios de comunicación para evidenciar diversas problemáticas que van desde el mal estado de las instalaciones, maltrato e incluso actitudes inapropiadas de algunos profesores.
Hasta el momento la máxima casa de estudios ha permanecido en silencio, sin embargo, no sería la primera vez que los alumnos buscan a la prensa como medida desesperada, pues la institución no resuelve sus quejas.

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La primera queja radicó en un grupo de estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Información el cual denunció públicamente a un profesor por presuntas prácticas de favoritismo hacia un sector del alumnado, así como por malos tratos hacia otros estudiantes.
De acuerdo con los testimonios, el docente presuntamente favorece a un grupo de alumnos “consentidos”, a quienes otorga beneficios en la carga de materias y atención personalizada, mientras que a la mayoría de los estudiantes les niega el mismo trato.
Los inconformes señalaron que el profesor no distribuye las asignaturas de manera equitativa, y que en algunos casos incluso retira materias previamente asignadas a otros estudiantes para entregárselas a sus cercanos.
Además, lo acusaron de responder con gritos y humillaciones en plena clase cuando se le hacen preguntas, generando un ambiente hostil.
En cuanto a la atención en su cubículo, los alumnos afirmaron que suele recibir únicamente a sus “consentidos”, impidiendo el acceso a otros salvo que le lleven bebidas o alimentos.
Ante esta situación, los estudiantes hicieron un llamado a las autoridades universitarias para que intervengan de manera inmediata y garanticen un trato justo y respetuoso para toda la comunidad académica.
“Es injusto que por estos actos muchos nos atrasemos en nuestros estudios”, subrayaron. En tanto, en la Facultad de Derecho, acusaron a otro profesor, el cual imparte clases en la carrera de criminología y criminalística, según los estudiantes, el problema reside en la enseñanza particular del docente, ya que trata a los alumnos de forma grosera y humillante.
Incluso toma represalias contra el alumnado cuando se le hace alguna sugerencia para hacer más dinámica la clase.
No conforme con ello incita al odio con comentarios despectivos de los alumnos; sobre la vestimenta, edad, tatuajes, etcétera, usa métodos obsoletos y reprueba a demasiados alumnos por gusto, ya que se le ha pedido de buena forma que se vuelva a revisar y nunca lo hace; en especial con los alumnos que están próximos a salir y les daña la oportunidad de concluir su carrera en tiempo y forma.
Pero lejos de su labor educativa, ese mismo docente promociona su negocio como emprendedor, pues vende productos sexuales, llegan a enviar desde su teléfono personal a los alumnos, especialmente mujeres, la venta con mensajes que las jóvenes consideran como bastante vulgar.
De todo eso, los alumnos han tomado evidencia y audios que lo comprueban.
En el Campus III de la UNACAR, donde se encuentran las facultades de Ciencias de la Salud, así como Arquitectura e Ingeniería, también los estudiantes alzaron la voz, en este caso, por el grave deterioro que presenta la entrada de los edificios, donde diariamente deben atravesar charcos, lodo y calles en pésimas condiciones.
De acuerdo con la denuncia de alumnos, la falta de mantenimiento y pavimentación en la zona contrasta con el estilo de vida de las autoridades universitarias.
Señalan que mientras los estudiantes caminan entre agua sucia, las autoridades en Campus principal o rectoría, tienen el privilegio de llegar a las instalaciones en camionetas de lujo, “Las calles del Campus III parecen de una invasión, no de la máxima casa de estudios de Carmen, exigimos que pavimenten y atiendan esta situación”, expresaron los inconformes.
Los jóvenes hicieron un llamado a la administración universitaria para que los recursos se destinen a mejorar la infraestructura y se garantice un acceso digno a la comunidad académica, en lugar de privilegiar gastos en personal de confianza.