Hasta el momento, ni los vigilantes ni las cámaras de videovigilancia logran saber dónde está el retrete.
Como escena de una película de humor negro, la tranquilidad cotidiana de Plaza Real fue interrumpida por un crimen tan insólito como insospechado: el robo de una taza de sanitario.
Una cámara de seguridad, luces de neón reflejadas en el piso encerado y un sospechoso que, al parecer, burló a vigilantes, cámaras y lógica. Todo ocurrió en el baño de la planta alta, donde la única víctima fue… una taza de baño.
Los hechos, más propios de un guion de comedia absurda que de la rutina urbana, fueron descubiertos cuando un visitante ingresó al sanitario y encontró un vacío digno de una escena dramática: solo quedaban las huellas del inodoro perdido. ¿Cómo desaparece una pieza de cerámica atornillada al suelo en medio de un centro comercial con vigilancia?
La administración del lugar ha iniciado una investigación, aunque aún no hay pistas del “sanitario fantasma”. Entre los locatarios circulan teorías tan extravagantes como el crimen mismo: desde un coleccionista excéntrico hasta un ladrón con urgencias de plomería.
Mientras tanto, el baño permanece clausurado y los visitantes miran con suspicacia cada rincón, preguntándose si están dentro de una historia real… o de una película. Plaza Real, por ahora, no solo pierde un sanitario: gana un misterio digno de Hollywood.
JGH
