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Cultura

De vuelta a casa

Ivi May Dzib

Como si fuera la primera vez que los mira

esa es la posición de sus ojos, capaz de engañar al alma.

Como si fuera la primera vez que lo toca,

de esa forma sus manos atraviesan el pudor de la familia,

que se ha escondido del qué dirán, un puñetazo a la cara.

Como si fuera la primera vez que los oye,

cada vez que tiene la boca llena pretende escuchar las quejas,

el llanto de los seres queridos, que con más rencor le recriminan su regreso,

haciendo que su partida parezca nada.

Como si fuera la primera vez que los toca, así se planta,

porque incluso tiene pena de desnudarse frente a su mujer,

quien desde hace tiempo no siente obligación de ser uno con los cuerpos

y sus hijos lo tratan como si la niñez hubiera sido una película vieja,

que se hizo polvo gracias a otras tecnologías aspavientadas.

Y es aquí cuando se vuelve más fina la industria de la mentira

y se hace eco de las promesas que rompimos,

porque él juró estar con ellos en la salud y la enfermedad

y mira que poquito después de eso va y mata a alguien.

La peor cárcel es no salir a la calle con la boca llena de verdades

y ser víctima del encierro que te produce haber matado a uno,

porque te deja sin voz ni derecho a hablar de calma.

Decide dormir y siente que esa casa no es suya, por eso

se mantiene alerta, no sea que alguien más abusado

se aproveche de él y le quite lo poco que le queda,

se abraza a una almohada y no deja de ver la noche.

Como si fuera la primera vez que lo saborea, tiene en la boca

un recuerdo muy lejano, piensa que no es suyo,

porque es muy dulce,

así que lo convierte en pesadilla.

ivimayd@hotmail.com

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