Joaquín Bestard Vázquez
Hijo, tú viste amarrarse el agua ante Dios. Pasó por debajo del bien de Dios y entre el paso del bien de Dios. Hijo, muy bien con Dios, porque con el agua de Dios, hijo, por donde pasa el agua de Dios, se hacen las bebidas del hombre, que tantas veces son sedantes; que el mismo Dios salva los caminos y escarba las veredas para tener agua suficiente y los mismos animales o el hombre puedan disponer al antojo de Dios Padre.
Uicab no se olvidó de su nietecito y le cantó:
— Mi gallina puso un huevo, puso dos, puso tres y puso cuatro…
—¡Ay, qué gusto que me da oírla! Cla, cli, clo y clo, cli, clo, ¡ay qué gusto que me da. Mi gallina puso un huevo, puso dos, puso tres, puso cuatro y hasta allí llegó y nos fuimos a buscar en la maleza donde hizo su nido, clo, clo clo y clo, puso uno, dos, tres, cuatro huevos, ¡ay! vaya mi gallina, gallina!
Maximito Koyoc