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Cultura

Alma universitaria

Manuel Tejada Loría*

No basta el prestigio de una institución educativa para garantizar que los programas de estudio estén debidamente actualizados y cumplan con un estándar de calidad en sus procesos académicos. En este tiempo de inminente transformación nacional cobra relevancia la apertura y la claridad de nuestro quehacer individual y colectivo. Por eso es de reconocerse la reciente reacreditación de las licenciaturas de Historia y Literatura Latinoamericana de la Facultad de Ciencias Antropológicas de la UADY, cuyo acto protocolario se llevó a cabo el pasado 10 de septiembre, procedimiento que inició meses atrás y que mereció del trabajo de todo un colectivo entre personal manual, académico, administrativo, alumnos y egresados de dicha facultad.

Esta reacreditación estuvo a cargo del Consejo para la Acreditación de Programas Educativos en Humanidades (COAPEHUM), y en palabras llanas certifica que estas dos licenciaturas impacten de manera propositiva y confiable en la adecuada formación de futuros profesionistas, y que sobre todo, sus programas académicos estén perfilados a las necesidades de la educación superior.

Esto garantiza para la sociedad, en general (ya que el ámbito de la UADY no solo se limita a nuestro estado o país), que las licenciaturas ofrecidas cuenten con programas de estudios actualizados, con procedimientos basados en criterios de calidad y que a la larga conduzcan a una próxima inserción laboral. En este mismo sentido, al estar acreditada por un órgano colegiado como el COAPEHUM su impacto proyecta un reconocimiento internacional, como actualmente sucede con el arribo de decenas de estudiantes extranjeros que ven en la Facultad de Ciencias Antropológicas un espacio de formación académica.

El ejercicio de reacreditación es una manera saludable y necesaria para fortalecer el carácter académico de la Universidad Autónoma de Yucatán, de este modo su prestigio no se remite únicamente al consumo de una marca (síntoma peculiar de nuestra época), sino a la calidad de sus programas de estudio sujetos a constantes métodos de evaluación y reacreditación; es decir, no es la marca en sí, sino sus contenidos certificados lo que se convierte en garantía de confiabilidad y, a la larga, en una gran fortaleza de nuestra Alma mater.

Desde este espacio reconocemos la excelente labor de las coordinaciones de ambas licenciaturas a la Dra. María Dolores Almazán Ramos, en Literatura Latinoamericana, y al Dr. Víctor Hugo Medina Suárez, en Historia; el acompañamiento del cuerpo directivo compuesto por el Dr. Marcos Noé Pool Cab, de la Unidad de Posgrado e Investigación; la Dra. Rocío Cortés Campos, secretaria académica; la Dra. Roxana Quiroz Carranza, secretaria administrativa, y la Dra. Celia Rosado Avilés, directora de la Facultad; así como del rector de la UADY, el Dr. José de Jesús Williams.

Como universitario de la facultad es motivo de orgullo constatar la consolidación de la licenciatura en Literatura Latinoamericana con esta reacreditación, situación que en los hechos puedo observar principalmente en el trabajo cotidiano y profesional de compañeros de generación que desde distintas trincheras son parte activa y responsable de nuestra sociedad. Sin duda, me lleva a confirmar que el verdadero sello de calidad de nuestra carrera ha sido desde siempre el sentido social y la calidez humana de nuestras profesoras y profesores, perceptible en su trato personal y en sus cátedras cotidianas, calidez ahora extendida por contagio a muchos de sus alumnos.

Es la misma calidez humana y sentido social que configuran el alma universitaria que nuestro país requiere en este momento histórico, alma universitaria que palpita en los estudiantes que, como dijera la Dra. Celia Rosado Avilés, citando a Violeta Parra, son “la levadura del pan que saldrá del horno / con toda su sabrosura / para la boca del pobre / que come con amargura”.

* Integrante del Colectivo Disyuntivas.

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