Ariel Avilés MarínRoberto Tello Martínez
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Es septiembre de 1970, con sólo diecisiete años a cuestas, inicié el camino del magisterio en la Escuela Modelo; como todo adolescente llevaba sueños a cuestas y muchas ganas de emprender proyectos nuevos, y dada la circunstancia de que la clase que iba a impartir era en el tercer año de secundaria, esto me daba el factor singular de que, quienes serían mis alumnos tenían casi mi edad, y algunos hasta eran mayores que yo.
Uno de mis primeros proyectos a realizar fue la creación de una rondalla juvenil, así que me puse a indagar quién o más bien quiénes tocaban algún instrumento, para mi fortuna uno de los primeros en ponerse de pie y decir: “Yo, maestro”, fue Roberto Tello, quien tocaba guitarra y acordeón.
Muy pronto otros muchachos se fueron uniendo al proyecto y, con el apoyo de don Luis Brito, empezamos a ensayar en las noches en el Salón de Actos, donde estaba y está aún el viejo piano Benchstein, que había sido de casa de don Gonzalo Cámara y que había cedido a la Escuela, y que fue esencial para la preparación del grupo.
Empezamos a integrar un repertorio y luego un archivo musical; con este fin, fuimos Roberto y yo a casa de don José María Barrera, gran contrabajista y maestro de armonía, que tenía la poco común cualidad de escribir música a primera intención al escuchar su interpretación, ahí, con el acordeón de Roberto, don “Pepe” nos proveyó de las primeras partituras para integrar el archivo de la rondalla. En poco tiempo, el grupo contaba ya con poco más de veinte muchachos, entre voces, guitarras, claves, maracas y, desde luego, el acordeón de Roberto.
Debutamos en un concurso de conocimientos y actividades musicales en el hermano Colegio “Consuelo Zavala”, donde interpretamos: “Yo te amo…”, “Yo Tampoco” y “La Bamba”. En el concurso de conocimientos salimos airosos, pero musicalmente, el Coro Orfeón de la Consuelo nos dio un terrible revolcón con su interpretación de “El Danubio Azul”; el grupo consuelista era dirigido por Carlos Tello, hermano de Roberto.
Roberto Tello nació en esta ciudad de Mérida en 1956, en el seno de una familia musical por excelencia, es hijo del inolvidable médico, chelista y director de coros y orquestas Dr. Carlos Tello Solís y doña “Carmita” Martínez. La vida de Roberto en el campo de la música da inicio a muy temprana edad, pues empieza a estudiar el violonchelo con su padre y con el gran maestro de instrumentos de arco, don Luis G. Garavito López.
Su familia paterna es de profunda entraña modelista, pues su padre y sus hermanos: Armando, Eduardo y René, fueron todos modelistas. Roberto no define en seguida su vocación musical, pues cursa la carrera de Odontólogo en la facultad correspondiente de la UADY; pero luego abraza profundamente el arte y se dedica a esto con un profundo amor.
Roberto se va perfeccionando en el dominio del violonchelo, para ello cursa estudios con maestros de la talla de Víctor Manuel Cortés, gran violonchelista y director de orquesta; Leopoldo Téllez; Eberhard Finke, quien fue chelista principal de la Filarmónica de Berlín; Stephan Popov, quien fuera discípulo de Mijaíl Rostropovich; y con Carol Lei Post, entre otros.
También ha cursado estudios de composición con maestros destacados como Federico Ibarra, Julio Estrada, David L. Folkerts, Russell E. Munneke y el gran compositor yucateco Javier Alvarez.
Otro campo en el que se ha preparado profundamente es el de la dirección de orquestas, en el que ha sido discípulo de Nelson Govea, David H. Williams, Raymond E. Martin y Paula K. Holcomb. La musicología es también su dominio, y su preparación estuvo a cargo de Eduardo Conteras Soto y Aurelio Tello.
Ha tomado diplomados y cursos de perfeccionamiento de la Facultad de Música de la Universidad Veracruzana, en la Escuela de Perfeccionamiento Musical “Vida y Movimiento”, Ollin Yoliztli en Ciudad de México y en el Central College de Pella en el Estado de Iowa, USA.
Ha formado parte de diferentes orquestas. De la Sinfónica de Yucatán de 1976 a 1981, de la Central College Community Orchesta en Pella, Iowa, en 1982; de la Sinfónica de Camagüey, Cuba, en 1983; de la Sinfonietta de Yucatán en 1985, entre otras.
Debutó como director de orquesta con la Sinfónica de Yucatán en 1977, donde fungió como director invitado en treinta y tres conciertos. En 1982, fue director invitado del Capella Choir del Central College de Iowa, con el que realizó una gira de presentaciones a través del medio-oeste de los Estados Unidos.
En 1988, lo encontramos como director titular del Conjunto de Cuerdas del Salón de la Historia del Palacio de Gobierno de Yucatán, bajo su égida el grupo se transforma en la Camerata del Salón de la Historia y que, en 1999, se convirtió en la Orquesta de Cámara del ICY, siendo su director titular hasta septiembre del 2001, en que se transformó en la actual Orquesta Sinfónica de Yucatán.
En el 2004 fue nombrado director de nuestra institución musical vernácula más destacada, la Orquesta Típica Yucalpetén, la cual llevó a una presentación triunfal al Festival Internacional Cervantino No. 33, en Guanajuato. En el 2008 dirigió la Orquesta Sinfónica Juvenil de Yucatán, debutando el 13 de marzo en el Teatro Peón Contreras con el programa Oberturas Famosas, que fue un sonado éxito. Fue el fundador director de la Orquesta Sinfónica Gustavo Río de la ESAY.
En la actualidad imparte varias cátedras de música en la Escuela Normal Superior de Yucatán, en la especialidad de Educación Artística, de la cual ha sido coordinador y es director de la Escuela Normal Superior “Antonio Betancourt Pérez”; también es maestro en el Centro Estatal de Bellas Artes; ha sido director del Centro de Educación Artística “Ermilo Abreu Gómez” y de la ESAY. Del 2007 al 2010, fue director del Centro de Música “José Jacinto Cuevas”, CEMUS.
Con la actual Orquesta Sinfónica de Yucatán, OSY, ha dirigido en la VIII Temporada, la Sinfonía Inconclusa de Franz Peter Schuberth, en la IX Temporada la Obertura de La Flauta Mágica de Wolfgang Amadeus Mozart, como homenaje a su padre, Carlos Tello Solís, quien fuera director de la orquesta de 1977 a 1982.
Un importante programa que Roberto Tello llevaba a cabo con la OSY, era el programa “Tu orquesta más cerca de ti”, saliendo a impartir conciertos didácticos a los municipios del interior del Estado, llevando la educación musical y la cultura a rincones a donde raramente llega.
Este programa estuvo vigente del 2008 al 2011 y ha sido abandonado no sabemos por qué. Cabe recordar que nuestra orquesta es la Orquesta Sinfónica de Yucatán, y no la Orquesta Filarmónica de Mérida, nuestra orquesta debe salir de vez en cuando fuera del Teatro Peón Contreras, pero no sólo para ir a actuar al Club Campestre de Mérida, sino para hacer llegar la cultura musical a todo el Estado, hasta el último rincón y los municipios más pobres y apartados. ¡Estamos seguros que, Roberto está listo para reanudar este programa tan importante y trascendente!
Cuando me iniciaba en el estudio del violonchelo, a fines de los 60, adquirí un violonchelo de una calidad bastante aceptable; una tarde recibí una gran sorpresa, una llamada del gran violonchelista Carlos Marrufo Carrillo, ya viejo y retirado; don “Carlitos” me pidió: “Ven a verme a mi casa”. Al llegar, sacó su magnífico violonchelo, un instrumento francés del S. XVIII, lo puso en mis manos y me dijo: “Llévatelo, yo ya no lo estoy tocando, y eso no es justo para un buen instrumento”; al ver mi cara de incredulidad, don “Carlitos” agregó: “No te lo estoy regalando, me lo irás pagando poco a poco, como puedas” aquello fue un gesto de generosidad incomparable de un gran músico.
Años después yo también dejé de tocarlo, y permanecía silencioso en un ropero. Hoy tengo el orgullo de que Roberto Tello lo tiene, lo usa y lo considera su mejor chelo.
Por toda su vida, sus actividades, y sus logros, sin temor a equivocarme, Roberto Tello es un Hombre-Arte.
(Ariel Avilés Marín)