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Winnie Harlow, reina de la diversidad en las pasarelas de moda

Edgar Rodríguez CiméDe la estética blanca de Marilyn Monroe a la estética vitiliga de una top model

Asistí a la “pasarela de la moda en Ticul” (2010) y supe que iba a desfilar mi maján (prestada) nieta Regina, quien posee un cuerpo “hermoso”, como decimos en Yucatán, porque con sufrimientos por la “buena alimentación” y el ejercicio de sus “clases de danza” desde hace años, ha conseguido una figura atractiva, aunque diferente de la estética delgada contemporánea. Por eso, al darme pena imaginármela en la pasarela en traje de baño, decidí ausentarme a la hora en que ella salía a desfilar.

Nótese: a pesar de tratarse de un pueblo-ciudad como Ticul, con amplia población maya y mestiza, los criterios estéticos dominantes en cuanto a la figura femenina siguen siendo los de la clase dominante, por lo cual la “opinión” sobre Regina, sobre todo de las señoras de clase media presentes, por apartarse del modelo burgués, fue que se le veía “gorda”, y “no debió salir”, a pesar de vérsele atractiva con su estética “mexicana”.

De Ticul regresamos hasta el preciso momento, en la década de los 60 del siglo XX, en que se da una “ruptura” en el universo de la moda en Occidente, cuando las modelos negras norteamericanas Naomi Sims, quien aparece por vez primera, revolucionando la estética, en el suplemento de moda de The New York Times, lo mismo que Berverly Johnson en la portada de Vogue, ante el asombro de los lentes racistas en Occidente.

De allí avanzamos hasta el justo momento, 2005, en que el prestigiado diseñador de alta costura francés Jean Paul Gaultier, de nuevo, revolucionó al mundo de la moda al promover la diversidad de la belleza física al invitar a desfilar en la pasarela a la modelo plus size (talla grande) Crystal Renn. Esto causó tal controversia en el universo de la moda, que el hecho ocupó más titulares de los periódicos que la misma colección.

A pesar del peso del racismo europeo que durante el choque de civilizaciones durante la Conquista de América hizo ver a nuestros antiguos abuelos mayas del territorio de Mesoamérica como “subhumanos”, es decir mitad humanos y mitad animales, la aceptación de la diversidad estética en países de Occidente, con todos los obstáculos habidos y por haber, ha ido en aumento al incluirse progresivamente la diversidad: estéticas de otros continentes, tallas plus size, transgéneros, gente con discapacidad, féminas albinas…

Hasta llegar a la nueva campaña por la diversidad y la tolerancia de compañías como Desigual: Share the Power (comparte el Poder), con un claro compromiso para promover que el mundo de la moda sea inclusivo. Esta vez bajo la estela del polifacético Jean Paul Gaude, la marca apuesta por reinterpretar el símbolo de la igualdad en la diversidad, incluyendo mujeres con la condición de piel crónica llamada vitíligo, como Winnie Harlow.

Lo cual significó una verdadera “ruptura” en la estética de la diversidad en el universo de la alta costura, ya que la modelo Harlow, con esta cualidad, ganó prominencia como concursante del Siglo 21 del programa de televisión estadounidense America´s Next Top Model, debido a su condición de piel crónica, lo cual no sólo la catapultó como top model, sino también la convirtió, poco a poco, en “vocera de las personas con imagen fuera de lo común”.

De este modo, después de una durísima niñez cuando le diagnosticaron esta cualidad de la piel consistente en la despigmentación de partes del cuerpo, lo cual le acarreó burlas, bullying y apodos como la “cebra”, hasta llegar –por las presiones de un mundo capitalista de “gente (blanca) bonita”– a contemplar la posibilidad de suicidarse para dejar de sufrir, hoy ha escalado, poco a poco, hasta alcanzar, como la misma cumbre del monte Everest, la categoría de “top model”.

edgarrodriguezcime@yahoo.com.mx

Colectivo cultural “Felipa Poot Tzuc”

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