Cultura

Presentan los libros El cetro y la gema, y El señor sauce blanco y el renacimiento del mal, Luis Aarón Moscoso Carmona

Por Conrado Roche Reyes

En el amplio espacio de la Biblioteca Central Manuel Cepeda Peraza y a instancias de la Secretaría de la Cultura y las Artes (Sedeculta), se llevó a cabo la presentación de El cetro y la gema y El señor del sauce blanco y el renacimiento del mal, libro inspirado en la literatura fantástica de J R r Tolkien (El señor de los anillos), ambos del autor campechano Luis Aarón Moscoso Carmona

Escribir acerca de la literatura de J. R. R. Tolkien debe de ser harto difícil, ya que es tan pero tan innovadora, que desde sus primeras ediciones en Inglaterra hace más de cincuenta años, su libro El señor de los anillos interesó nada menos que a los Beatles. Estos formidables seres humanos, los cuatro de Liverpool, estuvieron a punto de realizar la primera película basada en dicho libro siendo ellos mismos los principales protagonistas. Sin embargo, por alguna desconocida razón, el proyecto no se realizó a pesar de que los Beatles estaban más que prendados de dicho libro. Moscoso Carmona tuvo que batallar e investigar bastante para dar forma a este libro (El señor del sauce blanco y el Renacimiento del mal), ya que dentro de su alucinante y muy leída literatura, se tuvo que enfrentar este autor campechano ante el enorme reto de analizar uno de los mejores filólogos de su época, gran conocedor y estudioso de grandes mitos y leyendas.

Y es que escribir acerca de la literatura fantástica es adentrarse a un género narrativo basado sobre todo en los elementos de fantasía, dentro del cual se puede intervenir varios géneros, entre los que están la literatura de terror, la ciencia ficción o la literatura gótica.

Así, en los relatos de Tolkien, y en general en la literatura fantástica, participan fenómenos sobrenaturales y extraordinarios, como la magia o la intervención de criaturas inexistentes.

En lo fantástico existe un momento de duda de un personaje de ficción y del lector implícito de un texto, compartido empáticamente. Sus límites entonces están marcados por el amplio espacio de lo maravilloso, en donde se descarta el funcionamiento racional del mundo y lo extraño, en el que los elementos perturbadores son reducidos a meros eventos infrecuentes pero explicables.

La literatura de Tolkien es laica, que no atribuye ningún origen divino y por tanto sobrenatural a los fenómenos conocidos, sino que persigue una explicación racional y científica. En esta situación se introduce un elemento sobrenatural, discordante con el orden natural, que produce inquietud en el lector.

El elemento sobrenatural no solo sorprende y atemoriza por desconocido, sino que abre una fisura en todo el sistema epistemológico de su mundo, susceptible de dar cabida a toda clase de sucesos insólitos y monstruosos