Cultura

Solo quiero celebrar un día más de vida. Las gemelas

Conrado Roche Reyes Hoy solamente quiero celebrar un día más de vida, porque anhelaba tener un hijo y Dios me bendijo por partida doble. Bendigo el minuto en que el Señor decidió enviarme a mis gemelas. Cuando nacieron inundaron de luz toda mi vida con solo tomar mi dedo entre sus pequeñas manos y verme a los ojos. Convirtieron mi casa en un hogar alegre, lleno de risas, y ahora que son mayores me alegra la vida el verlas crecer y progresar. Nunca olviden que las amo, hijas. La vida está llena de momentos difíciles y de momentos hermosos, aprendan de ambos y alcancen todo su potencial. Ha pasado algún tiempo desde el último abrazo que les di. Espero con todo mi corazón el volver a sentirlas entre mis brazos y pasar juntos un tiempo. Las amo, hijas mías. Hijas, ¿cuándo crecieron tanto que ya no puedo cargarlas en mis brazos? Sabía que ese día llegaría, pero no se preocupen, siempre tendrán espacio de sobra en mi corazón. El amor paternal es inmenso, no conoce de fronteras o de límites y, sin embargo, va más allá cuando se siente admiración por los hijos. Antes que nacieran no sabía lo que era el amor sin límites o imposible de medir. Cuando las vi por primera vez, mi corazón creció y aún lo hace. Ser padre y sentir tanto amor no puede ser explicado. Ahora que son mayores, quiero decirles que las amo. Desde que llegaron a mí llenaron de colores mi vida, el universo al completo se resumía en mi hogar. Gracias a ustedes, hijas, descubrí que existe un amor incondicional. Cuando nacieron, quise detener el tiempo; en ocasiones me desesperaba y deseaba que fueran mayores, pero el tiempo pasó en un abrir y cerrar de ojos, y ahora deseo que vuelvan a ser mis pequeñas bebés. Ustedes me enseñaron que puedo ser mucho más feliz, son un regalo de Dios que me faltaba para sentirme plenamente bendecido. Desde el día que nacieron sabíamos que siempre serían las hijas perfectas. Han sido muy especiales y siempre lo serán. Si pudieran verse a través de mis ojos, no solo sabrían lo que significan para mí, sino todo lo que valen y ese potencial oculto que apenas se atreven a descubrir. Sé que lo que se propongan conseguir lo van a alcanzar Los hijos muchas veces no valoran los consejos que se les ofrecen, pues prefieren experimentar la vida por su cuenta. Lo único que puedo hacer como padre es hablar con ustedes, es recordarles que siempre estaré ahí para ustedes. Durante los años de mi juventud, jamás imaginé que pudiera sentir en mi corazón un sentimiento tan profundo como el que me hacen sentir a diario. Ahora que las veo crecer y convertirse en adultos, quiero decirles que el mundo, aunque es oscuro y peligroso, guarda maravillas increíbles que se pueden descubrir, que la felicidad es una manera de ver la vida y jamás una meta y que siempre les acompañaré en el camino que decidan recorrer. Son mi rato de luz; llegaron para mostrarme que en la vida podemos ser felices con las cosas más sencillas, pero de significado más profundo, como el amor de los hijos, el verlos crecer. Y, finalmente, mis hijas queridas, solo ustedes son mi mayor orgullo, la esperanza del futuro y el milagro de Dios que alimenta mi alma y la llena de una dicha que no puede ser medida. Por eso, solo quiero hoy agradecer un día más de vida.