Cultura

¿Quién fue Jesús Malverde?

Pilar Faller Menéndez

Se dice que Sinaloa es el estado de México que muchas veces supera la ficción, ya que en él se veneran tanto a héroes como a antihéroes, y en sus hogares pueden encontrarse tanto fotografías de cantantes como Ana Gabriel, como del jefe del Cartel de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán. Esto es un ejemplo de la realidad que estamos viviendo.

En la capital del estado, Culiacán, se encuentra una capilla dedicada a Jesús Malverde, apodado como el “Santo de los narcos”. Esta capilla tiene una fachada humilde, y los rezos que en este lugar se hacen son tan diversos, como las personas que la visitan. Malverde es una figura que se venera y que antagoniza en sus oraciones con las oraciones católicas, es un personaje al que la mayoría de los sinaloenses le tienen fe y lo consideran capaz de hacer milagros.

Existe una novena para esta persona, en la cual el tercer día de esta se reza: “¡Ay Malverde! El Vaticano no creyó que fueras un santo y no quiso canonizarte, pero entraron máquinas de Caterpillar a derribar tu capilla: rompiste una máquina y nadie pudo quitarte de donde estabas, y rompiste otra y los que no te respetaban enmudecieron y rompiste la tercera y entonces dijeron: ‘dejen en paz la capilla de Malverde’”.

Unos le piden trabajo o dinero, otros protección. José Luis Morales, el feligrés de la capilla, agradeció a Malverde por haber intercedido para que Diego Maradona llegara a Culiacán. El astro argentino fue el director técnico de los Dorados de Sinaloa, equipo de fútbol de segunda división, aunque tuvo que dejar su cargo por motivos de salud, todavía no se descarta su regreso.

Jesús Malverde fue un héroe o un villano, según a la persona que se le pregunte. Es conocido como el “Santo de los narcos”, el “Ángel de los pobres”, el “bandido generoso”, o el “narcosantón”. Muchos lo compara con Robin Hood, y las leyendas urbanas lo describen como un bandido generoso, que apoyó siempre a las clases populares.

Nació en 1870, cerca del pueblo de Mocorito, en Sinaloa, y se cree que su nombre verdadero fue Jesús Juárez Mazo, quien unos dicen era sastre, otros que era albañil, y hay quienes afirman que fue un ferrocarrilero que trabajó en la construcción de las vías férreas hacia el norte de México. Se dice que recibió el apodo de “Malverde” por introducirse a la casa de los hacendados más ricos de la región, asaltándolos, para luego regresar a distribuir el botín con los más pobres.

Lo que más se sabe de Malverde es lo referente a su muerte. Cuenta la leyenda que el gobernador de Sinaloa, de esos tiempos, Francisco Cañedo, desafió a Malverde a que le robara su espada o su hija, prometiéndole indulto de lograr el desafío. Se dice que Malverde se introdujo en la mansión del gobernador y dejó una nota que decía “Jesús M. estuvo aquí”. El gobernador Cañedo, humillado, ordenó colgarlo de un mezquite, un árbol típico de la región, el 3 de mayo de 1909 donde actualmente se encuentra su capilla. Cañedo prohibió que su cuerpo fuera sepultado.

Fue a partir de este hecho que dos investigadores: Enrique Flores y Raúl González, autores del libro Jesús Malverde: Plegarias y Corridos, encontraron las dos versiones más populares de su muerte. En la primera, es traicionado por un “compadre”, y la segunda es el mismo Malverde quien le pide a su “compadre” entregarlo a las autoridades, a fin de que cobrara la recompensa que ofrecían por él, y así burlarse de las autoridades. Las dos versiones coinciden con la muerte de Heraclio Bernal, quien falleciera en 1888 en Mazatlán, quien fuera conocido como un bandido sinaloense que redactaba planes políticos subversivos en Durango y Sinaloa.

Cada 3 de mayo, la capilla de Malverde se llena de cientos de seguidores de distintas partes de nuestro país, a fin de pedirle o agradecerle favores. La capilla se convierte en un lugar de culto y fiesta a la vez. La figura de Malverde se “bautiza” con whisky y se le cantan corridos norteños, se baila y se toma cerveza. Afuera de la capilla se venden discos “piratas” con los corridos dedicados al santo.

A pesar de ser el santo de los narcotraficantes, los corridos dedicados a él, no narran acciones relacionadas con esta actividad, sino que son más bien cantos litúrgicos en un tono transgresor ante los himnos del catolicismo. Algunos de estos corridos cuentan la historia de Malverde, y otros le cantan a él, “santón” del narcotráfico y de quienes emigran a los Estados Unidos.

Algunas letras de los corridos dicen:

“Ayer llegué de mi tierra,

todo me salió muy bien;

los aduaneros se venden,

pero yo los ablandé:

el idioma de los verdes

ellos lo hablan muy bien.

Ya se terminó la fiesta,

ya me voy a retirar,

y me voy con otro viaje

pa’l otro lado del cerco,

pero me llevo mi imagen:

es el que me va a salvar.”

En los últimos 15 años, se han identificado por lo menos 56 piezas musicales dedicadas a Jesús Malverde, las cuales son reconocidas por grupos como Los Jilgueros del Norte, Los Cadetes de Durango o la Banda Nueva de Culiacán, según investigaron Flores y González.

Otra de las oraciones que tiene el santo y que es la petición para el primer día de su novena: “¡Oh Jesús Malverde! Tú moriste pobre, tú nunca conservaste para ti lo que quitabas a los ricos, tú siempre pensabas en los demás antes que en ti. Por eso ahora a ti acudo y te pido: tú que siempre buscaste ayudar a otros, ayúdame ahora a mí que estoy en este aprieto”.

Jesús Malverde, a quien podríamos llamar “El patrón sinaloense”, se ha hecho conocido también a través de la industria del entretenimiento, apareciendo una pequeña estatuilla de él en el escritorio de un agente de la DEA, con el fin de que lo ayude a conocer a su enemigo, en el séptimo episodio del drama Negro y Azul. En 2008, la cervecería mexicana Minerva creó una cerveza en honor a Malverde.