Luis Carlos Coto Mederos
Del panorama decimístico cubano del siglo XX (16)
1341
Solamente quiero
(fragmento)
Quiero poner mi pobreza
en tu pecho de hombre a todo
para absorber de ese modo
tu más profunda terneza.
Quiero saber dónde empieza
tu manera de querer.
Entregar para obtener
cada caricia sin nombre
y que sepas como hombre
hasta dónde soy mujer.
Quiero que encuentres en mi
todo cuanto ansía tu pecho.
Quiero verte satisfecho
de todo cuanto te di.
¡Quiero que nazca de ti
cuanto mi cuerpo reclama!
y saber cómo se ama
teniéndote todo mío.
¡Quiero… llenar el vacío
que tanto duele en mi cama
Esther Trujillo García
1342
Solavaya
Cambia el camino, Tristeza,
me desmejoras la gracia,
cuando esgrimes tu falacia
para aturdir mi cabeza.
Ya me hiere la aspereza
con la que a ratos me empujas,
cuando los sueños me estrujas,
desojando mis claveles,
mientras degustas tus mieles
y con odio me apretujas.
Voy a reír, no vaciles
en recoger tus razones,
yo haré de tus sensaciones
entusiasmos no serviles
y con sueños infantiles
te convertiré en viruta,
haré más dulce la fruta
que saboreará el futuro
y cegará tu conjuro
el resplandor de otra ruta.
Carmen Serrano Coello
1343
Tiempo
El tiempo es como una hoja
llevada por la corriente,
que cuando sola se siente
en cualquier parte se aloja;
pero si el agua la moja
se hunde hasta que se pierde.
Ella con tristeza muerde
la vida que ya se escapa,
mientras que el llanto la tapa
con una sábana verde.
Abel E. Velázquez Herrera
1344
Tiempo II
El tiempo siembra una herida
profunda en el corazón,
desgarra sin compasión
hasta el centro de la vida.
Brasa de acero encendida
que todo el cuerpo amenaza,
llama profunda que abraza
y destruye la ternura,
mientras que deja amargura
en el pecho de la casa.
Abel E. Velázquez Herrera
1345
Sentencias
Cada sendero un enigma,
cada frase una saeta,
cada trabajo una meta,
cada elogio es un estigma.
Cada playa una marisma,
cada golpe un atropello,
cada banderola un sello,
cada sermón una vía,
cada chispa una bujía
y cada luz un destello.
Yo soy una caja hueca,
vibración, timbre y oído:
como el almacén de ruido
que guarda una discoteca.
Mi cara es un poco seca,
mi perfil inexpresivo,
para los pintores vivo
como la estampa de cera:
más que surrealista era
mi cuadro figurativo.
Ramiro Duarte Espinosa
1346
Nupcias con el ciervo
(fragmento)
Su cuerpo se extiende suave
en nuestro cuerpo rendido.
Está el vencedor vencido.
Su brillo de luz es grave
sombra que entrega su clave
en la quietud. Ya iniciado
el placer nos ha dejado
–satisfecha en la visita–
el alma quieta, no ahíta
de la piel, tierno venado.*
La espera había preparado
la conjunción amorosa.
La presencia deleitosa
nos enriquece el estado.
Aunque ahora se va, sumado
queda gesto a sombra. En vano
salta del alto hasta el llano
en vuelo de gran destreza;
la pasión que despereza
se cierra en la blanda mano.
Reynaldo González
*Los versos pertenecen a José Lezama Lima
1347
¿Te acuerdas?
(fragmento)
¿Te acuerdas? Los labios rojos,
la calle alegre, la brisa
y el imán de tu sonrisa
hablándome por los ojos.
Las llamadas, los manojos
de besos, locuras, playas
con baños de amor, batallas
de celos y un ansia loca,
que te ponía en la boca
el adiós y el no te vayas.
¿Te acuerdas, el baile, nido
para estrechar un te quiero
con el beso de un bolero
acariciando el oído?
Qué modulado sonido
acercándonos la vida,
recuerda en la despedida
lo que fuimos, no lo pierdas,
que a lo mejor no recuerdas
lo que a mí no se me olvida.
José Francisco Hernández López