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BUENOS AIRES, Argentina, 24 de noviembre (AP).- Se le presentó como la final del siglo, pero terminó en bochorno.
River Plate y Boca Juniors, los dos gigantes del fútbol argentino y clásicos rivales, debían jugar este sábado por primera vez en su historia por el título de la Copa Libertadores. Pero el encuentro se postergó para el domingo luego que varios jugadores boquenses resultaran heridos cuando el autobús que los trasladaba fue atacado por un grupo de fanáticos del equipo local con piedras y palos a pocas cuadras del estadio Monumental.
Sin embargo, no estaba garantizado que esto suceda luego que la alcaldía de la ciudad de Buenos Aires clausuró la cancha de River por exceso de público y desmanes.
La Conmebol, que postergó dos veces la hora de inicio del partido pese a que desde Boca se le advertía que sus futbolistas no estaban en condiciones de jugar, finalmente decidió pasarlo para el domingo cuando River se solidarizó con la postura de su archirrival mientras más de 60,000 personas aguardaban en las tribunas el pitazo inicial.
“Hay un pedido de ambos clubes y pacto de ambos clubes de que se suspenda el juego”, anunció Alejandro Domínguez, el presidente de la Conmebol, a periodistas.
Domínguez informó que el partido se jugará desde las 17:00 horas local (2000 GMT) en el Monumental.
Tras el anuncio, se desencadenaron graves incidentes dentro y fuera del estadio. Simpatizantes riverplatenses quisieron ingresar a la zona de vestuarios, mientras en las afueras varios miles se enfrentaban con la policía. Al menos 30 personas fueron detenidas, según reportes de la prensa local.
La Agencia Gubernamental de Control impuso una clausura administrativa al estadio de River y condicionó la disputa de la final el domingo que la directiva de ese club pague una multa.
“Son faltas debido al exceso de la capacidad y de la liberación de los pasillos, son subsanables y pueden pagar una multa”, explicó Ricardo Pedace, responsable de esa dependencia gubernamental.
“Esto nos tiene que avergonzar como sociedad. Que por esos 10, 12 o 15 inadaptados se tenga que reprogramar un partido tan importante me apena”, declaró el presidente de Boca, Daniel Angelici, a la cadena Fox Sports.
“Quince lograron estropear lo que millones de argentinos esperaban apasionadamente”, lamentó el titular de River, Rodolfo D’Onofrio, al mismo medio. “Espero se tomen todas las prevenciones para que estas cosas no ocurran (el domingo)”.
La final continental comenzó a truncarse pasado el mediodía, cuando el autobús que trasladaba al plantel boquense fue atacado con piedras y palos lanzados por un grupo de fanáticos riverplatenses a unas pocas cuadras del Monumental.
Videos viralizados en redes sociales mostraron como el vehículo, pese a estar custodiado por varios patrulleros y motociclistas de la policía, recibe los proyectiles al pasar frente a un vallado detrás del cual había varios hinchas identificados con River.
“En esa curva evidentemente hubo una falla en la seguridad”, admitió Marcelo Alessandro, secretario seguridad de Buenos Aires, en diálogo con el canal Todo Noticias.
Varios jugadores de Boca sufrieron heridas cortantes y resultaron afectados por gases lacrimógenos lanzados por la policía para dispersar a los agresores.
El capitán Pablo Pérez y el juvenil Gonzalo Lamardo fueron trasladados en ambulancia a una clínica privada. El primero sufrió cortes en el brazo y tenía lesionado un ojo por astillas de vidrios, según imágenes tomadas en el vestuario de Boca por allegados y difundidas en redes sociales. El otro futbolista se lo vio con problemas para respirar a causa de los gases.
“Lo que ha hecho la Conmebol es una vergüenza”, lamentó la figura de Boca, Carlos Tévez, al retirarse del estadio. “Si esto fuera Boca ya estábamos afuera, la copa era de River”.
“Para mí no se tiene que jugar (el domingo)”, añadió el delantero. También enojado, su compañero Darío Benedetto apuntó que “que le den la copa a River, que tiene tanto peso en Conmebol”.
Inconciencia
Una seguidora de River Plate fue captada mientras le pegaba bengalas al cuerpo a una menor de edad y así poder superar las revisiones de seguridad para ingresar al estadio.
Durante el trayecto del camión de Boca Juniors, aficionados de River Plate lanzaron piedras y otros objetos, lo que incluso tiene en duda la realización del partido este sábado.
Poco antes de las 14:00 horas, tiempo del Centro de México, la Conmebol informó en su cuenta de Twitter que el partido había sido postergado a las 18:00 horas, tiempo de Buenos Aires (15:00 horas, tiempo de México).