Por Freddy Ríos
Jorge Cano es de los boxeadores leyenda de la generosa baraja yucateca del siglo pasado, considerado uno de los pugilistas con mejor técnica, el pequeño orfebre de la colonia Emiliano Zapata Oriente, escribió páginas importantes en el libro del deporte que más gloria ha dado a Yucatán.
Jorge Humberto Cano Angulo nació el 19 de julio 1960, su gusto por el boxeo nace en una sala de cine viendo actuar a enormes luminarias del guamazo profesional, cómo el gran Púas, Rubén Olivares Avila. La película se llama “Llanto, Risas y Ko”.
Inicia su carrera entrenando en el gimnasio Bosco, manejado por el célebre estratega René Villalobos. Desde entonces se acomodó en la guardia zurda, no obstando ser diestro en su vida cotidiana, su estilo a la alta escuela lo convierte de inmediato en el rival a vencer, y esto fue cuando Yucatán gozaba de altas calificaciones entre los mejor en pesos chilcos del mundo, por lo general, la otrora respetable clasificación nacional tenía en sus casilleros arto número de yucatecos, cómo quien dice, el enemigo estaba en casa.
Tan difícil resultaba al equipo de Cano encontrar adversarios, qué tuvieron que aceptar combates hasta en peso gallo (53.520 kg), cuando su peso apenas levanta 48.990 kilos en la báscula (minimosca)
A pesar de haber brindado excelsas peleas en el sureste mexicano, decide probar suerte en el altiplano, su primera aparición en la coliseo metropolitana fue el 7 de abril de 1984, derrotando en toda la línea a Rafael “Ratón” Alonzo.
Inmediatamente lo contratan para hacer frente en el entonces Distrito Federal, al excampeón mundial mosca yucateco Juanito Herrera, quien buscaba una oportunidad para recuperar su título.
Ambos yucatecos se distinguieron siempre por su depurada técnica, sin duda alguna, Juanito sobresalió por el perfecto manejo de su mano izquierda, sólo había un problema, se le indigestaban los zurdos. Así que el 11 de agosto siguiente, ambos yucatecos brindaron la pelea del año a nivel nacional. Al término de la académica demostración, Juanito Herrera estrechó la mano de su adversario y le dijo de cerca a Cano “Aprovechalo…”. Jorge Cano había derrotado a uno de los grandes, pero esto apenas comenzaba.
Vino entonces la oportunidad por el cotizado campeonato nacional minimosca y sería en Mérida contra otro yucateco, uno de los más grandes ídolos de la afición, el hunucmense Luis Keb Baas, “Baby Luis” quien era campeón estatal. En uno de los llenos más impresionantes registrados en el polifórum Zamná, Cano se levantó con la victoria el 29 de septiembre de 1984, hace 34 años. Aquella victoria levantó polémica, muchos vieron ganar a Luis, fue considerada la mejor del año en Yucatán y proyectó al orfebre de virtuoso boxeo al ámbito internacional.
El 30 de noviembre cerró sus actividades de ese año en Grenoble, Francia, ofreciendo acostumbrado recital contra el local Antoine Montero, los jueces vieron ganar al anfitrión, pero el reconocimiento del público fue para el mexicano.
Regresa a México y deja el título nacional en manos de Efrén Pinto en marzo del 85.
Nueva salida internacional y viaja a Bangkok para perder por puntos contra Teeraporn Saengano.
Empero otra escandalosa victoria el 18 de agosto en el Palacio de los Deportes capitalino le da aire a Cano en sus aspiraciones, aquella tarde derrotó en toda la línea a otro excampeón mundial de gran prestigio, el celayense Germán Torres.
Sale entonces la oportunidad deseada, la del campeonato mundial y cruza hasta Corea para darle una verdadera lección de boxeo a Jung Koo Chang, quien hacía la octava defensa del campeonato que había arrebatado el panameño Hilario Zapata. Cano es víctima de la acostumbrada falta de honor que se ha visto siempre en el boxeo profesional y le arrebatan una clara victoria, empero no se desanima.
Le queda todavía cuerda para ganar el campeonato nacional en dos ocasiones más para colocarse en un verdadero inmortal en el boxeo de paga.
Hoy, enseña lo que bien aprendió en el Centro Estatal del Instituto del Deporte yucateco, dando a su entidad con sus muchachos un sin-número de preseas olímpicas nacionales.