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Una vida en el ruedo

Marco Antonio Sánchez Solís

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Las corridas de toros no se podrían concebir sin ellos, sin embargo, la afición que se da cita en las plazas poco o nada se fijan de ellos, estos son los banderilleros, quienes, además de ayudar en la lidia, se convierten en “héroes anónimos” al arriesgar el cuerpo para librar de los cuernos de los astados a los matadores.

Los banderilleros son parte del grupo de subalternos o cuadrilla que participan en una corrida de toros, junto con los Picadores, Monosabios, el Mozo de espadas, entre otros, que ayudan en la lidia y a los matadores de toros.

En el paseíllo, antes de cada corrida, se ve desfilar detrás de los toreros a unos personajes vestidos de luces que van a manera de “ayudantes” de su respectivo matador, estos señores se les llama subalternos y desempeñan un papel importante para que la lidia transcurra adecuadamente.

Para ser Banderillero, al igual que Picador, en nuestro país, se debe pertenecer a la Unión Mexicana de Picadores y Banderilleros (UMPYB), quienes rigen quiénes tienen la capacidad y quiénes no para participar en las corridas de toros.

En la actualidad, sólo existe un yucateco reconocido por la Unión y que puede participar en las corridas, siendo este Ermir Puc Pech, conocido como Ermir o como el Lic., que se ha ido abriendo camino poco a poco en esa complicada vida.

La llegada de Puc Pech a ser Banderillero de la Unión no ha sido nada fácil, atrás quedaron los sueños de ser matador, las corridas de pueblo y luchar para poder ser considerado.

De torero en los

pueblos a Banderillero

El camino para ser banderillero profesional no es nada sencillo, pero para Ermir Puc ha sido especialmente difícil, lleno de problemas, de toros toreados, de corridas en los pueblos y de mucha determinación.

“Comencé toreando en los pueblos con el difunto de Joselito Canto, empecé en este mundo porque tenía muchas ganas de estar con el toro; quise ser novillero, pero debido a las escasas oportunidades que hay, es muy complicado en Yucatán sobresalir”, comentó el abogado de profesión.

Recordó que uno de los consejos que le dio Joselito Canto fue que tenía que estudiar y torear, ya que el día de mañana, con 40 o 50 años, ya no podría seguir toreando y si estudiaba podría tener una profesión para después del mundo de los toros.

“Analicé mi vida, qué haría después del toro, por lo que decidí estudiar, para que dejando los toros tuviera para vivir, pero seguí toreando en los pueblos, ahí mataba cebús, toros de media casta, y sobre todo, toreados, gracias a los toros de los pueblos pagué la universidad”.

En los pueblos, agregó, conoció a mucha gente de toros, como a Michel Lagravere, Adrián Flores, José Ventura “Morenito de Yucatán”, entre otros.

“Al ver que no había futuro para poder ser novillero, mandé una carta a la Unión para convertirme en Banderillero, pues ya que no había oportunidad de ser novillero, cuando menos ser banderillero”.

En sus planes estaba quitarse de los pueblos, en los que estuvo muchos años, para poder torear en plazas de primera.

“Me dieron la oportunidad en la Unión, primero como pre-aspirante y luego como aspirante, en esos estatus estuve por 4 años y medio, hasta que fui a la Ciudad de México para hablar con la directiva de la Unión para que se me dé la oportunidad de ser aceptado”.

“Durante el tiempo de pre-aspirante y de aspirante no me pagaban, era como meritorio, cada vez que me presentaba a una corrida los Banderilleros me firmaban una carta para calificar mi actuación”.

Así estuvo, recopilando muchas firmas, esas firmas las presentó a la Unión para que se le dé la oportunidad de tomar el examen.

“Es difícil, sobre todo al principio, ya que el tiempo de aspirante no vez dinero y si tienes que ir a otras ciudades a hacer mérito y todos los gastos son tuyos, pero estoy contento porque ahora que ya soy banderillero de toros profesional, parte de lo invertido ya lo estoy recuperando”.

Examen

En la ceremonia de su examen, el “Lic.” tuvo como padrino al capitalino Fernando “El Güero” García; su padrino de caballo fue el picador Luis Miguel González, y el que considera como su padrino especial es el matador Sergio Flores, que le cedió su toro para hacer el examen.

“Mi examen lo hice en la Plaza de Toros Mérida el 11 de diciembre de 2016, en la corrida de despedida de Eulalio López ‘El Zotoluco’, Fermín Rivera y Sergio Flores”

“Durante la corrida, de los 6 toros en lidia, tuve que banderillar a 5 de ellos, pero llevando el par de medio, en el toro que me tocó de examen, lo tuve que llevar al lugar de aguante y luego, con la menor cantidad de capotazos posibles, ese día lo dejé en 3, para llevarlo al picador”.

“Al matador Sergio Flores le gustó mucho cómo lo llevé, según me dijo con posterioridad lo hice con mucho temple; después de ser picado lo tuve que sacar; terminando ese tercio vinieron las banderillas, en el que mi padrino me cedió las banderillas que le tocaban y ahí me deseó mucha suerte y que esto era el principio de una gran carrera”.

En la corrida tuvo una buena actuación, teniendo su examen con el toro de nombre “Juandieguito” de la ganadería de “Villa Carmela”, toro que le tocó en turno al matador Sergio Flores.

“Se me hizo una pequeña ceremonia donde se me otorgaron las banderillas y todo salió bien, todos los banderilleros que estuvieron ese día me firmaron la carta de aprobación, la cual presenté en las oficinas de la Unión el 13 de diciembre de ese año, donde se me dio el carnet que me convierte en banderillero profesional”.

La vida de Banderillero

Reconoció que el “gusanito” de llegar a ser matador siempre estará ahí, ya que le hubiera gustado tener más oportunidades, pero está contento como subalterno, pues ha tenido grandes oportunidades.

“He tenido la oportunidad de estar en varias plazas importantes, el 23 de diciembre pasado debuté en la Plaza de Toros México como el tercer novillero de Uriel Moreno ‘El Zapata’, algo soñado”.

Comentó que como banderillero perteneciente a la Unión Mexicana de Picadores y Banderilleros, sólo puede actuar en las corridas donde actúe la Unión.

“Con el mismo ‘Zapata’ he estado en la famosa Petatera, he actuado en novilladas en Aguascalientes, en corridas de matadores en Tlaxcala, Pachuca, Querétaro, Hidalgo, Villahermosa, Veracruz, Puebla, Mérida, y muchas plazas más”.

En la actualidad, Ermir es el único yucateco que pertenece a esta Unión, hace algunos años, ya varios, han habido 2 banderilleros y un picador.

“En las corridas en Mérida, hay gente que me conoce de los pueblos, pero no le dan la importancia debida a los banderilleros ya que los actores principales son los toreros y nosotros sólo estamos al servicio de ellos”.

Sin embargo, poner unas banderillas tiene sin duda su chiste, y en el segundo tercio, los subalternos pueden “lucirse” y llevarse su parte de aplausos de parte de la afición.

“Normalmente los banderilleros lo hacemos al cuarteo, es nuestra función y nuestro papel, así como arriesgar el físico por los toreros, he hecho quites a los matadores, hace un par de años al Zapata lo alzó un toro y lo iba a cornear, pero pude hacerle el quite”.

La función del Banderillero

A sus 33 años de edad, y con una carrera de banderillero larga, dice que estará frente al toro hasta que el cuerpo aguante, hasta el momento, además de una cornada que sufrió cerca del recto, ha sido tratado bien por los astados.

“Me gusta poner banderillas, es muy padre, cuando se ponen bien la gente te lo reconoce, desgraciadamente los subalternos no somos valorados, pero la labor que hacemos es muy importante, desde que sale el toro, cerrarlo para que lo vea el torero, para que dé las vueltas necesarias y se fije de su comportamiento”.

“Cuando el diestro termine con el capote nosotros lo pegamos al burladero de aguante para que entren los picadores, a veces el matador lo lleva a la pica y a veces nosotros, cuando ya esté picado lo quitamos del caballo y lo llevamos a los medios, nosotros lo acomodamos para las banderillas”.

“Después lo cerramos de nuevo al burladero de aguante para que brinde y se prepare, en los caballos cada vez que cambie de caballo el rejoneador nosotros lo jalamos a los medios”.

Banderillero

El banderillero, que también se le conoce como “Toreros de Plata”, por el color de su bordado, ayuda al diestro durante la lidia, tanto pegando al astado a las tablas en la entrada de picadores, a la hora de “jalar” al animal para acomodarlo o al poner las banderillas.

Si así lo considera el matador, es el encargado de insertar las banderillas en el cuerpo del animal, asumiendo durante el segundo tercio de la lidia el protagonismo.

En una corrida o novillada normal, con 3 matadores y 6 toros, cada uno de los diestros lleva en la cuadrilla a 2 picadores y 3 banderilleros.

En un mano a mano, con 2 matadores, como será este domingo 27 en la Plaza de Toros Mérida con Enrique Ponce y Joselito Adame, la de cuadrilla de cada uno de los diestros se compone de 3 picadores y 4 banderilleros.

Y en una encerrona en solitario, el matador único se acompaña de 2 cuadrillas más la suya propia.

Los subalternos no deben de llevar en su vestido de torear bordados en oro ya que esto se podría tomar como una falta de respeto hacia su matador, tampoco jamás torearán con una muleta, su única herramienta de trabajo es el capote o el cuerpo limpio si así se requiere y es necesario para poner a salvo al torero.

Deben tener un profundo conocimiento de la lidia y los terrenos del toro dentro de la plaza para colocarlo, correrlo o cambiarlo de sitio según sea menester.

Son los ángeles de la guarda de los toreros ya que los ayudan, los colocan, los aconsejan y los cuidan, todo esto con el fin de que el matador pueda ejercer de mejor manera su tauromaquia.

En ocasiones los subalternos dan los primeros capotazos al toro después de que éste salte a la arena a fin de fijarlo en el engaño y enseñarlo a embestir hacia los capotes, durante los primeros escarceos de la lidia los subalternos deberán estar detrás de los llamados burladeros de aviso y muy atentos para hacer el llamado “quite”, que no es otra cosa que distraer al toro una vez que el torero haya rematado alguna suerte con el capote o con la muleta.

Los subalternos deberán de torear con el capote adelantado, siempre toreando hacia atrás procurando no molestar al toro ni darle lados, simplemente colocándolo ya sea cuando lo sacan del peto del picador, poniéndolo en suerte para las banderillas o ayudando al matador durante la faena.

Se considera un lujo aquél subalterno que sepa bregar a una mano es decir, correr al toro soltando una punta del capote llevándoselo de un tercio hasta el otro tercio haciendo que el toro siga esa punta del capote sin detenerse hasta llegar al punto que se desea dejarlo, esta labor es muy agradecida por el torero.

El subalterno debe estar consciente que hay que dar todo a fin de salvaguardar a su matador, si éste se encuentra en apuros o cae herido, es responsable de levantarlo y llevarlo cargando a la enfermería si el torero no puede hacerlo por sí mismo.

Si el torero triunfa, dará la vuelta al ruedo detrás de él ayudándolo a devolver prendas y también, como no, recogiendo su parte de aplausos que le corresponden por el triunfo del matador.

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