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Rotundo triunfo de Luis David Adame

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Creatividad, temple y variedad en el toreo del de Aguascalientes/ El yucateco Angel Lizama estuvo discreto, y recibió peligrosa cornada en el único que mató/ Diego Ventura confirmó su magistral toreo, pero siguió fatal con el estoque/ Detalles del novillero Roberto Gómez Valladares en su presentación/ Bien los de Julián Hamdan, terciados los de La Antigua, siendo protestado ruidosamente uno de ellos/ Nuevo éxito de los Forcados de Chamusca

Por Jorge Canto Alcocer

Desde los primeros compases de su actuación meridana en el festejo del 477 aniversario de la fundación de la capital yucateca, Luis David Adame mostró sus enormes e innegables progresos. Durante algún tiempo, el de Aguascalientes era presentado como “el hermanito de Joselito”, pero es indudable que en la actualidad ya “come por separado”, y ha demostrado que nada tiene que envidiarle a su hermano, mayor en edad y en figura, hasta ahora. Baste recordar que durante el año que recién terminó, Luis David fue el mexicano con más corridas en Europa, superando con creces precisamente a su hermano, quien había ocupado dicho puesto durante casi una década. En México, Luis David encabezó el escalafón general, por lo que, sin temor a equivocarnos, está demostrando que tiene “patas para gallo” y que puede convertirse, este mismo año, en el número uno de la torería nacional.

¿Cuáles son las cartas credenciales de este joven torero, que tomó la alternativa en Nimes en septiembre de 2016? En primera instancia, un quehacer sin concesiones, sin ventajas, con verdad, siguiendo los más clásicos cánones del toreo a la muleta. También le apuntamos el secreto del temple, esa extraordinaria y misteriosa cualidad de acoplarse armónicamente a la salvaje embestida de la bestia. Un tercer rasgo, de igual significación desde nuestro punto de vista, es su capacidad para pensar delante de la cara del toro, para improvisar, logrando pases nuevos y sorprendentes cuando uno se ha preparado para una salida convencional. Un punto más, también de gran calado, es su quietud, lo fuerte que pisa, el dominio que establece para hacer girar a los astados en su torno.

Pero, hay que señalarlo, no todo es “miel sobre hojuelas”: como ocurre con su hermano Joselito, una suerte de superioridad, de facilidad, le resta un tanto la capacidad de comunicación. Se ve tan por encima de los toros, al menos de los tres que mató la tarde-noche del aniversario meridano, tan ajeno al peligro, que pareciera que no pone lo suficiente de sí, que su entrega es limitada. ¿Podrá superar este handicap? El muchacho está apenas en su tercer año como matador de toros, tiene todo un universo por conquistar, y su plan de desarrollo, que incluye basar su carrera en campañas europeas, parece lo ideal para superarse a sí mismo. Al tiempo.

La magnífica actuación de Luis David Adame fue observada por poco más de media plaza. Ello, aún con la participación del estelar Diego Ventura y la inclusión de Roberto Gómez Valladares en su presentación como novillero, nos indica que Adame está muy lejos de ser una figura, muy lejos de provocar tumultos en las taquillas. Se podrán argumentar mil cosas, pero lo cierto es que el buen hacer de Luis David Adame aún no es del conocimiento del gran público, aún le falta picar mucha piedra antes de hacerse de un nombre. ¿Lo logrará? De nuevo, dejemos al tiempo la respuesta.

En contraste con el triunfo de Luis David, el debutante Angel Lizama sufrió el dolor del hule, y mientras escribimos esta nota, está siendo operado de una cornada grande en la ingle derecha, que, al decir del Dr. César Briceño, autoridad de callejón y extraordinario taurino, estuvo cerca de interesar la femoral. Lizama había demostrado muchos deseos, que se toparon con una devanadora en la cabeza de NUEVOS CICLOS, el toro de Hamdan que le tocó en suerte. Con pocos recursos, Lizama no pudo dar un solo pase, y sí en cambio fue puesto “en órbita” cuando intentó pasaportarlo. Con valor y pundonor, Lizama se quedó en el ruedo hasta ver morir a su enemigo, y se retiró por su propio pie a la enfermería, donde, al ser revisado por los médicos, se conoció del grave percance. No pudimos ver cabalmente al entusiasta yucateco, pero lo poco que pudo mostrar hace concebir que tiene un lugar entre los coletudos, y merece otra oportunidad.

Ventura, por su parte, se mostró tal como le vimos el pasado primero de enero: magistral con el caballo, correcto en la colocación de sus garapullos, mal, muy mal a la hora de la verdad. A su primero lo mató de un metisaca, paseando luego una oreja que en nada contribuye a su trayectoria, y sí en cambio llevó molestia entre los aficionados duros. En el segundo, los excesos de su administración, que llevaron a dejar como reserva al toro mejor presentado e incluir en la lidia de rejones a un bicho que estaba muy apenitas en cuanto a trapío, le generaron un rechazo tal que ya nadie tomó en cuenta sus esfuerzos, y se retiró entre protestas. El precio se hizo más evidente al término del festejo, cuando una discreta ovación lo despidió del ruedo meridano, mientras la apoteosis acompañaba a Adame. El rejoneador lusitano debe tomar muy en cuenta estas situaciones, y no repetir los errores que terminaron por hacer naufragar, en la consideración del verdadero aficionado, a un Pablo Hermoso que prefirió al final de su carrera el toro chico y el billete grande.

El novillero Roberto Gómez Valladares, que se llevó sorprendentemente el gato al agua el pasado martes, esta vez sólo mostró detalles. Estaba visible y comprensiblemente nervioso, pues era su presentación con picadores y en plaza de primera, pero cuando el nervio lo abandonó, supo mostrar su toreo y personalidad. Muy limitados aún, es cierto, pero ya acusando una identidad muy propia, gustándose y gustando. Dejó por ahí un buen quiebro y un magnífico violín, así como una estocada efectiva y en buen sitio. No hubo milagro, es cierto, pero Gómez Valladares mantiene, con esta actuación, abierta la puerta de la esperanza.

Los toros de La Antigua, para rejones, se dejaron, destacando, negativamente, la escasa presencia de MERIDANO, protestado ruidosa y justamente por la mayoría del público. Los de Julián Hamdan, sangre de San Martín, muy bien en presencia, de juego muy variado, desde el nobilísimo PAZ INTERNA, que prácticamente araba el ruedo, hasta el imposible NUEVOS CICLOS, que se defendió deslucidamente a todo lo largo de su lidia. Difícil hacer un balance ante tanta variedad. Me parece que adolecen de casta y fuerza, por lo que el reto es lograr dichos atributos, sin perder calidad. ¡Menudo reto!

Pasemos al detalle. Abrió plaza el novillero ROBERTO GOMEZ VALLADARES, enfrentando a OPORTUNO, un novillo pequeño y cómodo de Manolo Martínez, que no caminó. Gómez Valladares se limitó a bregarlo con el capote, para alcanzar su mayor lucimiento en el segundo tercio, con un buen quiebro en el tercio y un brillante violín, al cuarteo, en los medios. Con la muleta, el bicho se paró por completo, y Roberto no tuvo la capacidad de sacarle un solo pase. Dejó un pinchazo aguantando, y una entera desprendida, que hizo pupa, para escuchar palmas.

DIEGO VENTURA mató primero a MARQUESITO, un castaño bien puesto, de aceptable presencia, y que lo sorprendió en el primer tercio al alcanzar y cornear a su caballo. Luego le puso un rejoncito, para lucirse en banderillas, sobre todo mostrando la genialidad de su toreo a caballo, llevándose al burel prendido a la grupa del equino a todo lo largo del redondel, para después torearlo de costado, de tercio a tercio, de un modo emotivo y brillante. Falló al matar, dejando pinchazo y horrible metisaca, muy trasero, pero que hizo efectos inmediatos. Los de la famosa Villa presionaron y lograron la orejita, con el consecuente disgusto de la afición. Su segundo enemigo fue MERIDANO, otro castaño, bocinero, escurridito de carnes, y que, comparado con los bien presentados de Hamdan, pareció un novillito, lo que expresó el público ruidosamente. Ante las protestas, Ventura ya no se esforzó en demasía, apenas y cumplió, matando de cualquier manera, de media en la paletilla, por lo que escuchó severas protestas. En los toros que mató Ventura actuaron de nuevo los Forcados de Chamusca, con éxito, aunque tuvieron que sudar sangre para poder pegar al pequeño MERIDANO. Como siempre, la gente les reconoció su valor y temeridad con largas ovaciones.

LUIS DAVID ADAME abrió la lidia ordinaria con PAZ INTERNA, un cárdeno obscuro, paliabierto, de bonita lámina, de Julián Hamdan. Lo recibió de media afarolada de rodillas y aseadas verónicas, para luego quitarlo del caballo con suaves chicuelinas. El toro era de dulce, y Adame así lo percibió, toreándolo con gran quietud desde el inicio de la faena de muleta. Comenzó con una serie de cambiados en el centro del ruedo, sin moverse un milímetro, para luego torear en redondo, con ambas manos, en muletazos lentos, templados, en los sólo hizo falta una mayor transmisión por parte del astado. Cuajó un muletazo, cambiado, realmente de ¡360 grados!, así como dosantinas y adornos que le fueron muy festejados. El bicho era de miel, y Adame lo aprovechó a cabalidad. Hubo ligera petición de indulto, bien desestimada por el joven, que citó a recibir, pinchando arriba. Luego dejó tres cuartos en buen sitio, para recibir oreja. El toro fue premiado, excesivamente en mi concepto, con arrastre lento. Como tercero de lidia ordinaria, Adame enfrentó a NOBLE MÍO, un cárdeno cornicorto, de poco fuelle, pero bastante calidad, también de Hamdan. Le cuajó una serie de verónicas templada, pero con la mano alta. Con la muleta logró nuevamente la magia del temple y el milagro de la ligazón, pero de nuevo la debilidad del bicho matizó su éxito. Una serie de manoletinas, ajustadas y por ambos lados, precedieron a un pinchazo y una entera delantera y caída, que ocasionó fuerte derrame, premiándose al matador con la vuelta al ruedo. Cerró plaza FULGURANTE, otro cárdeno obscuro, bien puesto y bien presentado de Hamdan, que tuvo un poco más de nervio, pero al final se rajó. Lo recibió de larga afarolada de rodillas, otra serie de verónicas con la mano alta, para luego llevar al toro al caballo por el llamado “quite por las afueras”. Tras un aparatoso tumbo, quitó al caballo con unas vistosas zapopinas. En la muleta nuevamente logró el temple y la continuidad, aunándose durante la primera parte de la faena la transmisión del bicho, que tenía fuerza y empuje. Adame lo toreó muy en corto, por ambas manos, con remates vistosos y creativos. El bicho al final se rajó, por lo que Luis David abrevió y, citando a recibir, dejó tres cuartos delanteritos y contrarios, que fueron suficientes. La gente exigió las orejas, lo que pareció excesivo, pero Usía sancionó la petición, dando el de Aguascalientes una vuelta muy fuerte.

ANGEL LIZAMA sólo mató a NUEVOS CICLOS, un zaino cornivuelto, que trajo todo el tiempo la cabeza como una devanadora. Lo recibió el yucateco con una larga afarolada de rodillas, para luego cuajar una serie de verónicas aguantando mucho. En banderillas dejó dos cuarteos aceptables y un violín superior. Con la muleta, el bicho no permitió un solo pase, y Lizama tampoco tuvo los recursos para superar esa condición. Se tiró a matar muy derecho, y el bicho lo empitonó, hiriéndolo de gravedad en la ingle derecha. Lizama se levantó sin verse la ropa y regresó al bicho, para matarlo al cuarto intento, y después de cuatro golpes de descabello. Le sonaron las palmas por su pundonor, tras de lo cual se fue a la enfermería, y de ahí a la Clínica Mérida, donde fue operado durante la noche.

Trascendió que la quinta corrida del serial será el próximo 27 de enero, para celebrar el 90 Aniversario de nuestra querida Plaza Mérida, estando en el cartel el español Enrique Ponce y el nacional Joselito Adame. Hasta entonces.

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