Conrado Roche Reyes
El robo de señales en el béisbol es tan antiguo como el deporte mismo. Siempre había existido a través de batboys, coaches, incluso aficionados a sueldo, pero sucede que ahora revienta un escándalo sobre el mismo tema, pero es una variación sobre lo mismo, como diría el músico, lo que no conocíamos la mayoría de los aficionados, pero los jugadores y miembros de los equipos participantes si conocían que el uso de aparatos electrónicos durante los juegos, las cuales no se pueden utilizar para el robo de señales o transmitir información que pueda dar alguna ventaja al equipo. Sin embargo, dos de los tres últimos campeones mundiales utilizaron esta trampa durante sus juegos de temporada regular, Playoffs y Serie Mundial.
Es, según los expertos, peor y mas dañino para el béisbol que el famoso escándalo de los Medias Blancas cuando los de Chicago se dejaron ganar la Serie Mundial por dinero. Ocho jugadores implicados fueron expulsados. Los Astros de Houston implementaron esta práctica, y ganaron la Serie Mundial de 1917. La cosa funcionaba de la siguiente manera: se colocaron cámaras en los jardines para mirar las señas del receptor al pitcher, que se comunicaban al bateador con golpes a un cesto de basura desde el dogout y colocaron un monitor, en el que recibían la información, en la escalera que conecta al clubhouse.
Tras concluir las investigaciones, se suspendió por un año al manager astro, A. J. Hinch, y al gerente general. La cosa terminó en que se despidió a ambos del equipo y los Astros pagarán una multa de cinco millones de dólares. También están involucrados Alex Cora, que hace tres años era coach de banca de los Astros (y el cerebro de esta trampa), y desde hace dos años mánager de Boston, campeón 2018, así como al receptor Carlos Beltrán.
Este último declaró: “Como un jugador veterano del equipo, debí de haber reconocido la gravedad del asunto y lamento profundamente las acciones que se tomaron. Espero en algún momento tener la oportunidad de regresar a este juego que tanto amo”.
El ex pelotero Pete Rose, uno de los mejores de la historia, está suspendido desde hace 30 años. “No conozco a nadie que haya sido suspendido treinta años –dice Rose–, lo hecho por Houston es mucho peor para el béisbol que lo que yo hice. Sólo apostaba a que mi equipo iba a ganar” Él es el líder en la historia de la Mayores en hits (4,266) “Y -continúa Rose-¿Qué pasa con los jugadores que estaban detrás de esto? ¿No tiene que hacer algo a los jugadores que aceptaron las señales robadas? No se ha hecho nada, ¿Es justo?”
Y tiene razón. El apostó, sí, pero jamás influyó en ningún resultado y jamás apostó en su contra, es decir, contra los Cincinnati Reds. Todos los pitchers están de acuerdo en el siguiente razonamiento. “prefiero lanzarle a un bateador lleno de esteroides o que haya apostado, a uno que ya sabe lo que le voy a lanzar”. Y tiene toda la razón