Juan Diego Casanova Medina
Puede que el nivel de juego no haya alcanzado la exquisitez, pero hubo emoción y dramatismo de sobra en los campos de batalla cerebrales, con la celebración, el viernes pasado, de un Torneo de Ajedrez Rápido, en la Preparatoria número 2 “Salvador Alvarado”.
El ritmo de juego de 10 minutos para toda la partida, resultó ser, para cada uno de los 16 alumnos inscritos, un tormento chino. Esta modalidad, en la que no basta jugar bien, sino que hay que hacerlo rápido, para los que no están familiarizados, sufrieron más de una catástrofe.
Cuando el cronista arribó a la sede de los combates, la biblioteca del plantel, se disputaba la ronda inicial y uno de los jugadores estaba en red de mate y a punto de recibir la puntilla. Pero en esos momentos, el padre Cronos reclamó su cuota de protagonismo e hizo de las suyas.
El tiempo que marcaba el celular en la mesa, que hacía las veces de reloj digital, marcó de pronto cero para el bando atacante y la casi segura víctima exigió el punto, todo un regalo del cielo.
El conductor del rey que estaba a punto de recibir el hachazo mortal, dejó escapar ese estrés acumulado con expresiones de euforia, alimentadas con otras de sus fans. Los abrazos de felicitación llovieron para el ganador.
Daniel Solís Santamaría, psicólogo y entrenador y el juez de la competencia, les explicó a los contendientes la geométrica maniobra que conducía al mate y que, en su prisa y agobiado por el reloj, no vio el que tenía la sartén por el mango.
Y es que el ajedrez rápido (ya no se diga el relámpago, de cinco minutos por jugador) requiere de mucha práctica, lo que no tienen todos los ajedrecistas de la “Salvador Alvarado”. Solo jugar una partida normal, sin apuros, requiere de conocimientos previos de apertura, medio juego y finales, así como de un cálculo preciso de variantes y subvariantes, muchas veces, demasiado largas.
Por tanto, ya se imagina uno el agobio por el que pasan casi a cada lance quienes inician en este ritmo de juego. Y pensar que hay quienes practican el “ajedrez bala”, de apenas un minuto para toda la batalla. Ver para creer.
El campeón del torneo fue Pablo Salvador Ocaña Ek, del 1º “E”, el segundo lugar fue para Jonathan Ramos Andueza, del 3º “C” y el tercer puesto fue para Geder Alejandro Quen Iuit, del 1º “D”.