El Crystal Palace ha escrito su nombre en la historia del fútbol inglés al conquistar la FA Cup con una victoria por 1-0 frente al Manchester City, logrando así el primer título oficial en sus 164 años de existencia. Un gol de Eberechi Eze y una actuación magistral del portero Dean Henderson fueron suficientes para que las Eagles alcanzaran la gloria en el mítico estadio de Wembley.
La hazaña de las Águilas
El conjunto londinense, fundado en 1861, puso fin a más de un siglo y medio de sequía de títulos con una actuación memorable frente a uno de los equipos más poderosos de Europa. Los hombres dirigidos por Oliver Glasner mostraron más hambre, intensidad y determinación que los de Pep Guardiola, quienes terminan la temporada sin conquistar ningún trofeo por primera vez desde 2017.
El momento decisivo llegó con una brillante jugada colectiva iniciada por Jean-Philippe Mateta, continuada por el lateral colombiano Daniel Muñoz con un centro preciso, y culminada con un certero remate del número 10, Eberechi Eze, para superar la resistencia del guardameta del City.
Henderson, el héroe bajo los tres palos
Si bien el gol de Eze fue crucial, no menos importante resultó la actuación del portero Dean Henderson, quien se convirtió en el héroe indiscutible del partido. El ex guardameta del Manchester United tuvo diversas intervenciones decisivas, incluida una atajada espectacular a un disparo de Jeremy Doku y un mano a mano salvado ante el joven Claudio Echeverri.
Sin embargo, el momento que quedará grabado en la memoria de los aficionados fue cuando Henderson detuvo un penalti ejecutado por el egipcio Omar Marmoush, sorprendente lanzador con Kevin De Bruyne y Erling Haaland sobre el césped. Esta parada, que podría haber cambiado el curso del encuentro, confirma la extraordinaria habilidad del portero inglés en estas situaciones, quien ha detenido nueve de los 22 penaltis que le han lanzado en su carrera, un asombroso porcentaje de éxito superior al 40%.
El dulce sabor de la redención
Esta victoria tiene un sabor especialmente dulce para un club que ha vivido momentos amargos en finales anteriores. El Palace había alcanzado la final de la FA Cup en 1990 y 2016, pero en ambas ocasiones se marchó con las manos vacías. La tercera vez fue la vencida para un equipo que por fin rompe su maldición y levanta un trofeo por primera vez en su extensa historia.
Los aficionados de Selhurst Park vivieron un breve momento de tensión cuando creyeron que Daniel Muñoz había anotado el 2-0, solo para ver cómo el VAR anulaba el tanto por posición adelantada. Sin embargo, los "Eagles" supieron mantener la compostura y resistir el asedio final del City para asegurar la victoria.
El proyecto Glasner da sus frutos
Este título corona el excelente trabajo realizado por el entrenador austríaco Oliver Glasner desde su llegada a Selhurst Park en febrero de 2024. En poco más de un año, ha logrado salvar al equipo del descenso en dos temporadas consecutivas, establecerlo cómodamente en la zona media de la tabla de la Premier League y, ahora, darle el tan ansiado primer trofeo.
El Palace ha construido un proyecto sólido basado en jugadores de gran calidad como el propio Eze, el delantero centro Mateta, el prometedor centrocampista Adam Wharton —a quien se augura un brillante futuro con la selección inglesa— y el eléctrico lateral colombiano Daniel Muñoz.
Un City que cierra la temporada en blanco
Para el Manchester City, esta derrota supone el desenlace de una temporada para olvidar, la primera sin títulos desde la campaña 2016-2017. Los de Guardiola, lejos de su mejor versión durante todo el curso, han visto cómo se les escapaban la Premier League, la Champions League, la Copa de la Liga y, ahora, la FA Cup.
Este tropiezo evidencia la necesidad de una regeneración en el proyecto de los "Citizens", que solo han podido salvaguardar la temporada clasificándose entre los cinco primeros de la Premier League para asegurar su participación en la próxima edición de la Champions League.
Mientras tanto, el Crystal Palace ya ha escrito su nombre con letras doradas en la historia del fútbol inglés, poniendo fin a la mayor sequía de títulos del fútbol británico y dando a sus aficionados una alegría que esperaban desde hace 164 años.