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Todos os mortos, propuesta brasileña en la Berlinale 2020

El racismo y la violencia contra la comunidad negra en Brasil vistos desde el peso de la historia. El filme Todos os mortos se presentó ayer domingo en liza en la Berlinale de la mano de dos directores que prometieron resistir ante los recortes del gobierno.

Todos os mortos es un fresco ambientado tras la abolición de la esclavitud a finales del siglo XIX y el nacimiento de la República brasileña, cuando según sus directores, Caetano Gotardo y Marco Dutra, se “perdió la oportunidad” de unir a nativos, antiguos colonos y esclavos africanos.

En Sao Paulo, una familia de mujeres expropietarias de una gran plantación de café y al borde de la ruina no sabe cómo adaptarse a este nuevo mundo sin privilegios, mientras sus antiguos esclavos tratan de rescatar bajo el manto de su recobrada libertad el orgullo de sus raíces y tradiciones.

“En esa época se pusieron los pilares de la sociedad brasileña”, comentó a la AFP Dutra. “Y aunque muchas teorías todavía muy respetadas siguen afirmando que Brasil se resolvió con la mezcla de sus identidades, la realidad es otra: Brasil es un país muy racista”, añadió.

Así, los diálogos de lo que podrían haber sido conversaciones decimonónicas pretenden poner el dedo en la llaga de los problemas raciales del Brasil actual, como en una escena en que la colona Ana rechaza a un pretendiente mestizo porque “no reconocería a sus hijos al nacer”, a la vez que confiesa su atracción sexual por “la blancura” de su amante.

 

Resistencia

La metáfora de la actualidad no es sólo sugerida. A lo largo de los 120 minutos de la película, van surgiendo sonidos contemporáneos —un avión, ambulancias—, incoherencias que el espectador entiende a medida que avanza la acción.

“La violencia física contra la comunidad negra, que sigue perpetrándose desde el Estado y la élite blanca”, según Gotardo, es otro asunto tratado desde una perspectiva histórica.

“La mayoría de asesinatos en Brasil son de hombres jóvenes negros. La violencia está presente, aunque no queremos ser fatalistas, porque hay gente que está resistiendo”, afirmó.

Para los directores de Todos os mortos, el debate sobre la identidad brasileña se polarizó con la llegada a la presidencia del ultraderechista Jair Bolsonaro, el año pasado.

“Este gobierno refuerza la idea de que en Brasil hay buenos y malos, de que hay cosas que deben prevalecer y otras desaparecer. Pero debemos seguir debatiendo desde la moderación”, señaló Gotardo.

 

Filmar pase lo que pase

Todos os mortos, en liza por el Oso de Oro de la Berlinale, cuyo palmarés será anunciado el 29 de febrero, encabeza las 19 películas brasileñas seleccionadas en las distintas secciones del festival de cine de Berlín.

El codirector del festival, Carlo Chatrian, explicó la semana pasada que la masiva presencia brasileña puede deberse al hecho de que “los cineastas tienen miedo a un recorte de las subvenciones”, por lo que “muchos de ellos se apresuraron a finalizar sus filmes” este año.

El cine del gigante sudamericano está sufriendo la pérdida de las subvenciones bajo el gobierno de Bolsonaro, que suprimió el ministerio de Cultura nada más llegar al poder.

Gotardo y Dutra explicaron que en el caso de su película que empezó a prepararse en 2012 contaron con ayudas públicas concedidas antes de la suspensión de éstas, pero subrayaron la “incertidumbre” a la que hace frente la industria brasileña.

“En los últimos años, la diversidad del cine brasileño se amplió, dando lugar a nuevos puntos de vista y a mejores películas. Este movimiento no se detendrá por las nuevas políticas”, dijo Gotardo.

“Claro que necesitamos las subvenciones, lucharemos por ellas, pero seguiremos filmando pase lo que pase, aunque sea con nuestros celulares”, remató Dutra. BERLÍN, Alemania (AFP)

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