Por Marta Núñez Sarmiento*
Metodología de los “por qué”
V
Acometer un estudio de caso no significa repetir lo que observamos y escuchamos en el fenómeno social que escogimos para investigar, sino inferir ideas, pensamientos que nos ayuden a comprender las esencias de esos sucesos con vistas a compararlas con eventos similares. Asimismo, el estudio de caso permite que profundicemos en estas situaciones, de manera que a partir de los hallazgos podamos proponer hipótesis que nos sirvan como puntos de partida para nuevas indagaciones que emprendamos nosotros u otros estudiosos. Por ello, este estudio de caso que construyo a partir de las intervenciones del panel “El periodismo como medio para la equidad de género” me ha servido para extraer requisitos necesarios para convertir en realidad un periodismo incluyente con enfoque de género, como casi lo hace POR ESTO!
El segundo requisito que desprendí de este estudio de caso insiste en la virtud de comparar contextos históricos y sociales concretos, como son los casos de México y Cuba, para identificar por qué persisten visiones machistas en la sociedad y, específicamente, en el periodismo. Este segundo requerimiento obliga a que cuando cada comunicador proceda a crear los temas que comunicará a sus audiencias dedique tiempo a estudiar las situaciones sociales concretas que condicionan las discriminaciones entre mujeres, hombres y LGTBQ, así como los avances que han ocurrido en esos contextos para destruir estas exclusiones. Solo así podrán describir con lujo de detalles estos conflictos, diagnosticar sus causas y ofrecer soluciones posibles. Cuando redacten sus trabajos tienen que conocer si estos conflictos se parecen a los que viven los receptores de sus trabajos con miras a que creen un ambiente de empatía con ellos y, ¡ojo!, para que no cometan el error de imponer sus visiones particulares a las situaciones que informan.
Los cinco panelistas y la moderadora señalaron que esta condición se convertirá en realidad en las sociedades donde viven o sobre las cuales escriben, solo cuando las altas esferas del poder político en cada país ejerzan su voluntad para implementar programas que incluyan políticas sociales, decisiones económicas, cuerpos legales y, lo más difícil, que promuevan cambios en la cultura patriarcal que prevalece en las maneras de ser de hombres, mujeres y hasta personas LGTBQ.
Georgina Rosado insistió en que esta voluntad que se ejerza “desde arriba” tiene que ir acompañada “desde abajo” por las voces de los seres humanos que viven, sufren y provocan las discriminaciones de género en una sociedad históricamente concreta. Ello implica que, al diseñar las políticas dirigidas a borrar las discriminaciones, no las conciban como únicas para todo el país, ni siquiera para una región, porque ello desconocería las infinitas diferencias entre los seres humanos. Rosado manifestó que “para el feminismo indígena implica reconocer que la madre tierra, el inframundo, la matriz, nos pertenece, nadie tiene derecho a ella, solo los legítimos herederos”. Argumentó la importancia de fortalecer las asociaciones de la sociedad civil, no anularlas con la pretensión de que el Estado cumplirá sus funciones. Explicó que los métodos son distintos, ya que las asociaciones trabajan en el sentido de empoderar a la sociedad y cumplir el compromiso de avanzar la justicia social.
Verónica García reconoció que a pesar de transcurrir más de cien años del Primer Congreso Feminista de Yucatán y de México celebrado en 1916 en Mérida, aún no se cumplen sus propósitos en la vida cotidiana, en la que persisten la violencia doméstica, la doble jornada, las violaciones y los feminicidios. Por su parte, Socorro Chablé refirió que los medios mexicanos demoraron en comunicar los feminicidios cometidos en Ciudad Juárez a la opinión pública y, cuando lo hicieron, les imprimieron una visión machista.
En mi intervención, mencioné el ejemplo de la violencia doméstica que significa la persistencia de la segunda jornada en Cuba y en cualquier país, ese baldón que pesa sobre las mujeres porque nos obliga a realizar las tareas del hogar, cuestión que en el caso cubano no debería sobrevivir por los enormes avances que han adquirido las cubanas en materia de actitudes de género.
Todos los panelistas insistieron en la influencia perjudicial que ejerce la globalización mediática sobre los medios de México y Cuba cuando constataron que estos están repletos de imágenes y textos que repiten los estereotipos sexistas, homofóbicos, racistas y consumistas que imponen las cadenas de comunicación transnacionales. Germán Pasos Tzec comentó sobre los prejuicios que subsisten en la prensa, en los modos que tratan los temas de los gays, cuestión que constató en su investigación de 1992 y que se mantienen de manera idéntica hoy por causa de sectores retardatarios. Los cinco especialistas coincidimos en el error que cometen los medios cuando imponen sobre las personas los modelos de lo que deben ser las familias, los hombres, las mujeres, e incluso, el rechazo a los LGBTQ, que mimetizan los patrones que construyen las élites de los poderes mediáticos en los países más ricos. Estos paradigmas globales nada tienen que ver con la diversidad de las poblaciones en cada país, incluso, en las naciones ricas que los crean, sin embargo, la fuerza de convicción que posee la prensa impresa, la TV, la publicidad, el cine, entre otros medios, obligan a sus audiencias a cumplir con esos estándares de belleza y de moral, aunque estos sean prácticamente irreales o inalcanzables.
Verónica García exclamó “¿De dónde puede agarrarse una niña o una joven indígena o mestiza en nuestra América para sentirse orgullosa de su madre o su abuela que no corresponde a los modelos de belleza que ve en la televisión ni le enseñan en la escuela según los prototipos de mujer exitosa?”, se preguntó.
El tercer requisito que inferí de este estudio de caso del panel en el que participé radica en conocer ejemplos concretos de buenas prácticas comunicativas para ejercer un periodismo inclusivo y con enfoque de género, que es el concepto que intento desentrañar. Los cinco panelistas y la moderadora tomaron ejemplos de buenas prácticas en el diario POR ESTO!
Germán Pasos Tzec resaltó que este diario ha publicado durante años artículos sobre las marchas gay, los concursos de belleza de travestis, el derecho al matrimonio igualitario en Yucatán, así como el rechazo de los legisladores locales sobre el tema, en los que se explican sus significados para desarmar las mentalidades homofóbicas y lograr la inclusión equitativa de personas LGTBQ en esta región de México.
Socorro Chablé González explicó que en el suplemento Luna Maya de POR ESTO! se abordan temas de equidad de género en todas sus aristas, y que lo hacen reflejando los casos vinculados a este tema que viven las personas de carne y hueso que leen el diario. Manifestó que “Si aún son escasos los ejemplos donde las mujeres ocupan puestos directivos, jefaturas de información o redacción, imaginemos cómo eran las cosas hasta hace apenas algunas décadas”, asimismo apuntó, y “frente a esa realidad, ¿cómo podríamos haber pensado en un abordaje equitativo de las noticias?, ¿cómo podríamos haber imaginado que se visibilizara la condición de las mujeres con una visión libre de estereotipos? ¿Cómo podríamos haber imaginado una vida libre de violencia?, si desde los propios medios de comunicación ya se ejercía la discriminación como una forma de violencia de género”.
Georgina Rosado insistió en fortalecer las asociaciones de la sociedad civil que trabajan en el sentido de empoderar a la sociedad, ya que “el Estado pone en una sola persona los recursos para su ejercicio”, lo que significa autoritarismo. Exaltó que son fundamentales los medios comprometidos con la justicia social: “Los que tenemos espacios libres pensamos que es preciso luchar contra la xenofobia, el machismo, el sexismo y eso requiere plena libertad de expresión. Y POR ESTO! está en la trinchera de la lucha por un mundo mejor”, dijo.
Verónica García señaló ejemplos de cómo el diario POR ESTO! ha contribuido a ejercer un periodismo incluyente con enfoque de género. Uno es Mundos, el suplemento infantil del periódico, que tiene la labor fundamental de hablarles a los niños sobre Latinoamérica, les habla de las mujeres mayas, les habla de las demás niñas; otro ejemplo consiste en que gracias al POR ESTO! es que hay vida cultural en el Centro de Reinserción Social (Cereso) de Mérida. Por último, dijo que a partir del POR ESTO! se abrió un parteaguas para legitimar a la comunidad gay, cuando solo en sus páginas se presentó un libro de la Iglesia y la comunidad gay en una disco, mientras ningún otro periódico lo dio a conocer.
Aunque no lo expresé en el panel, quiero dar fe de cuánto he disfrutado mi experiencia de publicar semanalmente en este semanario Unicornio de POR ESTO! mis artículos bajo la columna de “Metodología de los ‘por qué’”. En ellos me he sentido libre para comunicar mis experiencias, explicando, al auditorio cómo investigar con un enfoque de género en cualquiera de los métodos y de las concepciones “epistemológicas” comunes a las investigaciones sociológicas.
Esperen en el artículo siguiente la cuarta razón que fundamenta por qué es importante emplear el estudio de caso.