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Muertos por tsunami aumentan a 459 mientras buscan supervivientes

Rescatistas usan drones y perros rastreadores

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LABUHAN, Indonesia, 25 de diciembre (EFE/REUTERS-/AP).- La incesante lluvia dificultó hoy las labores de los equipos de rescate de Indonesia que registran palmo a palmo el litoral del estrecho de Sonda azotado el pasado sábado por un tsunami, cuyo último balance de víctimas aumentó hasta los 429 muertos y 154 desaparecidos. Más de 1,400 personas resultaron heridas.

Con guantes para evitar cortes, una patrulla de oficiales de la Agencia Nacional de Gestión de Desastres (BNPB) levanta uno a uno los trozos de madera y hojalata que hasta hace tres días formaban una cabaña turística en la playa Carita, en la parte noroccidental de la isla de Java.

“Hoy, hasta el momento, no hemos encontrado ningún cadáver. Ayer encontramos aquí dos entre los escombros. Revisamos la zona por si se nos hubiera pasado alguno o por si el mar devuelve algún cuerpo sin vida”, declaró a Efe el responsable de la brigada, Hawasi, quien como muchos indonesios solo tiene nombre.

El oficial concede escasas posibilidades de encontrar a algún desaparecido con vida aunque se aferra a que “los milagros existen”.

Más de 16,000 personas han sido trasladadas a campamentos temporales en lugares elevados ante la amenaza de que una nueva explosión del volcán provoque un segundo maremoto.

Por la estrecha carretera que bordea los más de 100 kilómetros de la costa javanesa es incesante el tránsito de ambulancias, furgonetas de los organismos de emergencias, camiones militares, coches de policía y vehículos cargados con provisiones.

“La ola me tiró de la moto. Aún no sé muy bien como escapé, pero salí corriendo para avisar a mi mujer, coger en los brazos a nuestro bebé y alejarnos de la costa hacia un lugar elevado”, recordó Egy, de 24 años y conductor de profesión.

“No nos queda nada. Hemos perdido todo”, le secundó con un lamento su mujer, Anisa, quien asegura sentirse “agradecida” por sobrevivir, pero triste por su incierto futuro.

Las autoridades, que en un principio confundieron el tsunami con una fuerte marejada, señalan que el país no cuenta con sistemas de alerta de tsunamis provocados por un volcán.

Además, admiten que las boyas colocadas para detectar una repentina subida de las olas no funcionan desde 2012 por culpa del vandalismo, la falta de mantenimiento y de fondos.

Entre los pasados julio y agosto, varios seísmos causaron 564 muertos en la isla de Lombok, cercana a Bali, mientras que un terremoto seguido de un tsunami provocó más de 2.000 víctimas mortales en

la isla de Célebes en septiembre.

Búsqueda incansable

Rescatistas indonesios utilizaban el martes drones y perros rastreadores para buscar sobrevivientes en la devastada costa oeste de Java, azotada por un tsunami, advirtiendo que se espera se descubran más víctimas a medida que la búsqueda se expande.

Seguían saliendo gruesas nubes de cenizas desde Anak Krakatau, isla volcánica donde el sábado el colapso de un cráter por la marea alta generó un maremoto que golpeó las áreas costeras a ambos lados del estrecho de Sunda, entre las islas de Sumatra y Java.

Los rescatistas utilizaban maquinaria pesada, perros rastreadores y cámaras especiales para detectar y extraer cuerpos del barro y escombros a lo largo de un tramo de 100 kilómetros de la costa oeste de Java. Funcionarios dijeron que el área de búsqueda se ampliaría más al sur.

El vasto archipiélago, que se encuentra en el “Anillo de Fuego” del Pacífico, ha sufrido su peor cifra anual de muertos por desastres en más de una década.

Terremotos arrasaron partes de la isla de Lombok en julio y agosto, y en septiembre un doble terremoto y tsunami mató a más de 2,000 personas en una parte remota de la isla de Sulawesi.

Las autoridades han advertido de más olas altas y aconsejaron a los residentes que se mantengan alejados de la costa.

Miles de personas se alojan en tiendas de campaña y refugios temporales como mezquitas o escuelas.

Los equipos de emergencia rastrean unos 100 kilómetros del litoral en busca de personas con vida atrapadas entre los escombros provocados por el maremoto.

Las celebraciones navideñas que tradicionalmente están llenas de risas y música alegre fueron reemplazadas por rezos para las víctimas del tsunami en una zona que fue arrasada por las olas que azotaron sin previo aviso, dejando a miles sin hogar.

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