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A BORDO DEL AVIÓN PAPAL, 25 de septiembre (EFE/AFP).- El Papa Francisco clamó hoy contra la industria y el contrabando de armas que dijo son “algo escandaloso” en un mundo con tanta gente hambrienta, durante la rueda de prensa a bordo del avión con el que regresaba de su viaje por los países Bálticos.
“Es escandalosa la industria de las armas ante un mundo hambriento”, afirmó Jorge Bergoglio a los periodistas en el avión, sobre su denuncia durante la homilía de hoy en Estonia sobre los despliegues de tropas y de armamento de algunos países.
“Los gastos mundiales en armas hoy son escandalosos. Me decían que con lo que se gasta en armas en un mes se podía dar de comer a todos los hambrientos del mundo durante un año. Es terrible. La industria, el comercio, el contrabando de las armas es una de las corrupciones más grandes”, explicó.
Ante ello, habló de que también existe “la lógica de la defensa” y que “defender los países se tiene que tener un razonable ejército de defensa, pero no agresivo y así la defensa es legítima”.
“Es un honor defender a la patria, pero el problema es cuando esta defensa es agresiva y no razonable y se llega a la guerra. Hay guerra de fronteras no solo en Europa, sino también en otros continentes”, explicó volviendo de los países Bálticos que desde hace años mantienen relaciones difíciles con su vecino Rusia.
E insistió que “es razonable y legítimo defender las fronteras” como es legítimo “tener una llave en la puerta para la defensa de la casa”, puso como ejemplo.
Estonia denuncia las continuas amenazadas bélicas por parte de Rusia y el temor ha crecido aún más en los últimos tiempos tras la anexión de la Crimea ucraniana por Rusia en 2014 y ha pedido, junto a Letonia y Lituania, una mayor presencia de los contingentes de la OTAN.
Por la mañana, en su saludo al Papa, la presidenta de Estonia, Kersti Kaljulaid, declaró: “Tenemos que estar atentos para defender nuestra libertad y los derechos humanos, si no lo estamos podremos tener algún día despreocupado, pero nos espera un futuro cargado de preocupaciones”, en un momento en el que existen temores sobre la actitud de Rusia, tras su anexión de Crimea.
En su homilía en el Parque de la Libertad de Tallin, en Estonia, ante unos 10.000 fieles, Francisco comparó el duro camino hacia la independencia de Estonia -de la Rusia de los zares, de la que se cumplen 100 años, y la de hace 27 años de la Unión Soviética-, con la liberación del pueblo judío de la esclavitud de Egipto.
También habló de aquellos que “viven sin Dios” en un país donde un 75 % de la población se declaran no creyentes.
“Algunos se consideran libres cuando viven sin Dios o al margen de él. No advierten que de ese modo transitan por esta vida como huérfanos, sin un hogar adonde volver. Dejan de ser peregrinos y se convierten en errantes, que giran siempre en torno a sí mismos sin llegar a ninguna parte”, señaló.
A los fieles les dijo que no han conquistado su libertad “para terminar esclavos del consumo, del individualismo o del afán de poder o dominio” y que es Jesús quien puede rellenar “de plenitud” la vida.
“Tenemos que perder el miedo y salir de los espacios blindados, porque hoy la mayoría de los estonios no se reconocen como creyentes”, animó.
La indignación de los jóvenes
El Papa reconoció que los escándalos sexuales que involucran al clero católico provocan indignación entre los jóvenes que no perciben una condena lo suficientemente fuerte por parte de la Iglesia.
Los jóvenes “están indignados por los escándalos sexuales y económicos, ante los cuales no constatan una clara condena”, señaló, frente a una audiencia de jóvenes, en su mayoría cristianos, invitados a un encuentro en una iglesia luterana.
A una semana de un “sínodo” (reunión de obispos del mundo entero) en Roma consagrado a los problemas de la juventud, el Papa señaló sin ambages que muchos jóvenes “consideran la imagen de la Iglesia penosa e inclusive irritante”.