El inesperado giro del presidente estadounidense Donald Trump sobre la llamada solución de dos Estados en referencia al conflicto entre israelíes y palestinos, ampliamente apoyada por la comunidad internacional, vuelve a poner sobre la mesa esta y otras posibles alternativas.
Dos Estados
Esta vía es por la que se decanta la mayor parte de la comunidad internacional, desde la ONU a la Liga Árabe, pasando por la Unión Europea. Esta es respaldada por la dirección palestina internacionalmente reconocida: un Estado palestino independiente que coexista con Israel en paz y seguridad, con fronteras reconocidas, compuesto por Cisjordania y la Franja de Gaza, con Jerusalén Este como capital.
Este planteamiento guió la diplomacia estadounidense por lo menos desde el inicio de los años 2000. Hasta que el presidente Donald Trump lo puso en duda apenas llegó al poder en 2017.
Concepciones distintas de dos Estados
La solución de dos Estados cubre diferentes escenarios según los interlocutores. Benjamin Netanyahu respaldó la idea por primera vez públicamente en 2009, año en el que volvió a ocupar su cargo de primer ministro israelí. Desde entonces, nunca se dudó de la sinceridad de sus declaraciones.
Este plantea lo que algunos llaman un “state minus”, un Estado sin todas sus prerrogativas. “En todo acuerdo político, sea cual sea”, Israel debe conservar la seguridad al este de sus fronteras hasta Jordania, incluida Cisjordania, aseguraba en enero. De lo contrario, la organización yihadista Estado Islámico (EI), Hamas o Irán invadirían el espacio, “una poderosa amenaza para la supervivencia de Israel”.
Unas declaraciones reiteradas el miércoles en Nueva York y rechazadas por la presidencia palestina. “No aceptaremos la presencia de ningún soldado de ocupación sobre nuestra tierra”, dijo el portavoz Nabil Abu Rudeina.
Un solo Estado
Veinticinco años después de los acuerdos de Oslo, la solución parece tan distante que muchos se preguntan si no llegó la hora de declarar muerta la vía de dos Estados y plantear otra alternativa.
“Si israelíes y palestinos quieren un solo Estado, está bien. Si quieren dos Estados, está bien por mí. Soy feliz si ellos son felices”, afirmó Trump.
La solución de un Estado fue durante mucho tiempo la de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), antes de que esta reconociera Israel. El movimiento islamista Hamas, en el poder en la Franja de Gaza e intratable para una parte de la comunidad internacional, rechaza reconocer Israel, y opta por un Estado mandatario sobre toda Palestina (incluido Israel).
La derecha nacionalista religiosa, cercana al actual gobierno Netanyahu, rechaza un Estado palestino y aboga por la anexión de una parte de Cisjordania.
Judío o democrático
Los abogados de la solución de dos Estados advierten que en caso contrario, Israel deberá elegir entre ser un Estado judío o democrático. Los datos demográficos están sujetos a debate y a evolución. Pero en una solución de un Estado, el riego para Israel sería que la población árabe prime sobre la población judía. Debería decidir si le da o no los mismos derechos a todos, o ser acusado de apartheid.
Confederaciones
El presidente israelí Reuven Rivlin aboga por una confederación de dos Estados, israelí y palestino, con dos parlamentos y dos constituciones, pero un solo ejército, el israelí.
Algunos miembros de la derecha israelí piensan que Jordania, que controlaba Jerusalén Este y Cisjordania de 1948 hasta 1967, podría ofrecer una salida. La población jordana es en su mayoría de origen palestino.
Los consejeros de Trump ofrecieron al presidente palestino Mahmud Abas una confederación con Jordania, informó recientemente la organización israelí Paz Ahora, que se reunió con Abas. Este último habría dicho estar interesado si Israel formase parte. Una manera de rechazarla, pues Israel nunca aceptaría tal configuración.
El statu quo
Israel sigue ocupando Cisjordania y manteniendo la Franja de Gaza bajo bloqueo. La colonización continúa. El enviado especial de la ONU, Nickolay Mladenov alertó contra “la ilusión que haría creer que se puede gestionar el conflicto indefinidamente”. El riesgo, dice, no es solo el del “conflicto perpetuo”, sino el del auge de los extremismos.
(AFP)