Por Pelayo Terry Cuervo
Las campañas de Estados Unidos contra Cuba no se detienen y aunque casi todas se ejecutan bajo un guión predeterminado, siempre le aportan nuevos ingredientes a la que está en turno, como lo acaban de hacer por estos días, con la complicidad de los grandes medios de la desinformación, al querer presentar con un preso político, a un vulgar delincuente, que ha hecho “méritos” en la industria de la contrarrevolución.
Hace una semana, los diarios Por Esto! se unieron a la denuncia de las autoridades de la isla, al explicar la nueva campaña orquestada, en cuyo centro se encontraba el ciudadano José Daniel Ferrer García, quien es aupado por el gobierno estadounidense y la mafia anticubana radicada en el país del Norte.
Ante tanta desvergüenza, las autoridades cubanas han desenmascarado al susodicho a través de un inusual reportaje televisivo, transmitido en el horario estelar nocturno, en el cual desacreditó todas las falacias y mentiras impulsadas por el gobierno de Donald Trump y sus lacayos en torno a la detención del connotado contrarrevolucionario, calificado como agente al servicio de Estados Unidos y con una larga trayectoria de acciones provocadoras contra el orden público y la legalidad.
Líder de un grupúsculo con sede en el oriente de Cuba, Ferrer García fue detenido por delitos de carácter común (una denuncia de secuestro y golpiza propinada a otra persona) el pasado 1 de octubre, y goza de salud y todos sus derechos en el centro penitenciario de Aguadores, en Santiago de Cuba, donde está detenido pendiente de juicio, según mostró el reporte de la Televisión Cubana.
Las mentidas propaladas en torno a este caso fueron desmontadas una a una en el reportaje, donde se explica que Ferrer García fue detenido por las denuncias del ciudadano cubano Sergio García González, quien lo acusó ante las autoridades y las redes sociales -y a otros tres-, por secuestro y una posterior severa golpiza, que lo dejó en condiciones de ingreso hospitalario.
García González y otras personas, en sus propias exposiciones en las redes sociales, refirieron los hechos, y las secuelas que les dejó el actuar delincuencial de Ferrer García y varios de sus seguidores.
El reportaje denunció cómo este caso ha sido manipulado por diplomáticos estadounidenses, desde el Secretario de Estado Mike Pompeo, e incluye a Mara Tekach, encargada de Negocios de la embajada de EEUU en La Habana, de quien se revelan imágenes mientras visita la casa de Ferrer García en Santiago de Cuba y da instrucciones a sus familiares. Tekach ha mantenido una intensa actividad en torno al tema, incluso violando los términos de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas.
También comparece en el trabajo televisivo el médico cubano Yaro Sánchez Corona, profesional que desmonta las denuncias del supuesto mal estado de salud del detenido, que son parte de la campaña de descrédito. Las palabras del galeno se apoyan en imágenes de la atención que le es tributada al recluso en el Hospital Clínico Quirúrgico Juan Bruno Zayas, de Santiago de Cuba.
“En la mañana de hoy, 22 de noviembre, él presenta buen estado general, se está alimentando adecuadamente, está ingiriendo líquido, tiene buena diuresis, podemos decir también que desde el punto de vista nutricional tiene un peso adecuado a su talla”, dijo el galeno, y agregó que desde el punto de vista de sus bioparámetros tiene buenas la frecuencia respiratoria y tensión arterial, así como la frecuencia cardíaca.
“Lo vemos comunicativo, con buen estado general, los signos vitales normales, y lo más importante es que podemos apreciar que él no corre ningún peligro para su vida”, aseguró.
Las imágenes del reportaje son elocuentes al mostrar a Ferrer García con su esposa y otros familiares (hijo e hija) en la visita que le hicieron en el establecimiento penal, mientras en el audio se escucha a la diplomática diciendo que sus familias desconocen su paradero, no saben qué le ha sucedido, si están bien de salud y de qué se le acusa.
La jefa interina de la legación diplomática de EE.UU. dirige personalmente a este individuo, denunció la Televisión Cubana, le incita al desacato del orden público, y visita su vivienda, y en el último de estos intercambios aparece con la esposa de este individuo, que “profiere mentiras deliberadamente concebidas por el gobierno de Estados Unidos”.
Pero al exponerse las denuncias de las supuestas agresiones a que fue sometido Ferrer García luego de ser detenido es cuando las vistas adquieren un momento de triste tragicomedia, al mostrarlo a él mismo golpeándose cuatro veces en la cabeza contra una mesa y derribándola, para acusar al oficial que lo atendía en la Unidad de Instrucción Penal de haberlo maltratado físicamente.
Ferrer García no sabía que estaban grabando la escena, como es normal en muchos países, incluyendo Estados Unidos. Luego dice a una televisora de Miami que le habían dado golpes. En esa propia televisión, en el 2016, es entrevistado y dice que le habían entregado fondos por más de 50 mil dólares de parte de la Fundación Nacional Cubano Americana, una de las organizaciones más hostiles contra el gobierno del archipiélago.
Personajes del gobierno norteamericano, políticos corruptos de la mafia cubanoamericana con sede en la Florida, medios de prensa anticubanos y lacayos y acólitos de varias organizaciones, incluyendo al desacreditado Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), han impulsado esta nueva campaña de descrédito contra la Revolución y sus instituciones, aprovechando el supuesto abuso que se comete contra este individuo, su estado de salud, la ilegalidad a que ha estado sometido por su detención y la violación de sus derechos.
Todo ello como parte de las acciones hostiles contra la Mayor de las Antillas y en el contexto del acrecentamiento de la agresividad imperial no solo contra Cuba, sino también contra Venezuela y Nicaragua, así como las acciones en Bolivia que concluyeron con el golpe de Estado al presidente Evo Morales.
Pero una vez más, la mentira tiene patas cortas y ante tanta manipulación y desidia, la verdad toma cuerpo, y lo que pretendió ser un nuevo capítulo de la agresión del país del norte contra su pequeño vecino, concluyó en un show de poca monta, donde el actor principal ha quedado totalmente descaracterizado y el resto del reparto se ha quedado sin escenario, aunque, claramente, no sin dinero, ese que viene desde el gobierno de Estados Unidos para incrementar la subversión e intentar acabar con el proceso social cubano, algo que no han podido lograr en más de 60 años.