Síguenos

Internacional

Sí por Cuba

Con esa divisa la inmensa mayoría del electorado de la Isla se movilizó este domingo y participó en el referendo constitucional. Una jornada significativa cuando EE. UU. recrudece el bloqueo y las amenazas

Por Marina Menéndez

Fotos: Lisbet Goenaga

Especial para POR ESTO!

LA HABANA.- A las seis de la tarde en punto comenzó el escrutinio de las boletas en los más de 24 mil colegios electorales abiertos en todo el país para que la ciudadanía diera o no su aprobación a la nueva Constitución cubana.

Poco después, la presidenta de la Comisión Electora, Alina Balseiro, daba a conocer la asistencia a las urnas registrada hasta las cinco de la tarde, una hora antes del cierre: hasta ese momento habían acudido a votar 7 millones 524,318 electores, para un 81.53 por ciento de los inscritos.

Tal cifra de participación fue calificada por Balseiro como favorable y fruto de una “jornada gloriosa”, por lo cual extendió su felicitación al pueblo, y explicó que ese número no tomaba en cuenta a quienes por distintos motivos votaron en un colegio distinto al suyo, en el llamado voto excepcional, que se extendió a 200 mil personas.

La apertura de las urnas de este referendo constitucional –segundo que se realiza en la Isla después de 1959– se realizó en presencia de observadores entre los cuales se encontraban muchos de los propios vecinos de la circunscripción, como evidencia de la transparencia del proceso, y en varias mesas el conteo se inició en presencia de las cámaras de la TV Cubana, que durante todo el día, desde la apertura de los colegios a las 7:00 a.m., estuvo reportando la jornada.

Ocho millones 669,714 cubanos ciudadanos estaban inscritos y más de cinco millones habían ejercido el voto a las once de la mañana, lo que dio indicios de una masividad que se constatará cuando estén los resultados finales, este lunes.

Volvió a ser ostensible este domingo la buena organización que caracteriza los procesos de votación en Cuba, con participación decisiva de la comunidad –de donde emergen los miembros de las mesas y los principales organizadores ese nivel–, apoyados como en ocasiones anteriores por estudiantes de la enseñanza media y superior, que esta vez sumaron 31 mil.

Este domingo amaneció más temprano y movido que otros: desde las seis de la mañana muchos de los miembros de mesa se encontraban en sus colegios, y en algunos de estos se vieron breves filas a las diez y media, como muestra del deseo de una buena parte de la ciudadanía no solo de votar, sino de hacerlo temprano.

Los pioneros, como es habitual, fueron guardianes de las urnas y acompañaron a los encargados de llevar la boleta a los ancianos u otros votantes incapacitados e impedidos de acudir a los colegios, quienes ejercieron el sufragio en sus casas, según lo previsto.

Para que todos los ciudadanos tuvieran la posibilidad de disfrutar el derecho al voto, se abrieron colegios especiales en centros asistencias donde votaron acompañantes de enfermos que no pudieron salir a sus casas, y en lugares de tránsito como los aeropuertos y las terminales de ómnibus.

Aunque algún observador foráneo habló los días previos de un electorado supuestamente dividido, la aseveración pareció poco ajustada a la realidad toda vez que quienes se mostraron a favor eran muchos más.

De cara a esta votación se registró un interés y entusiasmo catapultado no solo por la amplitud y profundidad de los cambios sugeridos y realizados a la Carta Magna, sino por la participación de la ciudadanía en ellos. Más de ocho millones de cubanos participaron en las reuniones donde se discutió el texto, que sufrió, a partir de esos análisis, un total de 666,995 modificaciones.

Ese debate y la oportunidad de las personas de opinar y ser tomadas en cuenta fueron el mejor ejercicio de propaganda por el Sí, pues la ciudadanía mayormente domina los postulados esenciales del texto (algunos los manejan todos), y aunque no sea consciente de ello, ha ejercido el papel de constituyentista, algo inédito en otros lugares del mundo e, incluso, en la propia Cuba, hasta ahora.

En declaraciones a la prensa luego de marcar y depositar su boleta, el presidente Miguel Díaz-Canel apuntó el simbolismo de que el referendo tuviera lugar un 24 de febrero, 124 años después del reinicio, en fecha similar, de las guerras de independencia, y estimó que esta votación inicia un nuevo camino que solo puede recorrerse con la madurez política alcanzada por el pueblo, pues ha sido precisamente ese pueblo el protagonista de cada una de las líneas de la nueva Carta Magna.

El presidente también señaló la importancia de esta votación por Cuba en el momento que vive América Latina, y dijo que el triunfo del Sí será también a favor de la Venezuela agredida y de toda la región.

No pocos tenemos en cuenta, además, que el referendo constitucional que atempera la ley de leyes cubana a los cambios realizados en nuestro modelo económico y social tiene lugar en un momento de recrudecida agresividad imperial contra América Latina y contra la propia Cuba.

Ello otorga mayor trascendencia al importante triunfo del Sí que se espera, y que significará una revalidación de la apuesta de las mayorías por la Revolución de Fidel.

Siguiente noticia

Alta participación en las urnas