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La Amazonia y las claves de un paraíso en llamas

La Amazonia es el bosque tropical más grande del mundo, con una superficie de 5,5 millones de kilómetros cuadrados, El 25% de la superficie del continente, un tesoro ecológico amenazado por la creciente deforestación y los incendios forestales. He aquí algunas de sus características principales:

Santuario de la biodiversidad

La cuenca del Amazonas, que abarca 7,4 millones de kilómetros cuadrados, cubre casi el 40% de América Latina y se extiende por nueve países: Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana Francesa, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela. Alrededor del 60% está en Brasil.

La selva amazónica, de la cual 2,1 millones de kilómetros cuadrados son zonas protegidas, alberga un santuario de biodiversidad único en el mundo. Una cuarta parte de las especies de la Tierra se encuentran allí, es decir, 30,000 tipos de plantas, 2,500 especies de peces, 1,500 de aves, 500 de mamíferos, 550 de reptiles y 2,5 millones de insectos, según la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA).

En los últimos 20 años, se han descubierto 2,200 nuevas especies de plantas y vertebrados.

Pulmones de la tierra

La Amazonia es la mayor floresta tropical del mundo y representa poco más de la mitad del bosque húmedo que existe en el planeta, que junto con las plantas marinas es clave para la generación de oxígeno.

Contiene un tercio de los bosques primarios del mundo y, a través del río Amazonas y sus afluentes, proporciona el 20% del agua dulce no congelada de la Tierra.

El Amazonas es el río más grande del mundo y, según algunas versiones desde que se realizó una nueva investigación en 2007, es también el más largo, con una extensión de hasta 6,900 kilómetros.

La zona contiene las mayores reservas de agua dulce del planeta. Sin embargo, muchos de los ríos de la región están contaminados. La OTCA calcula que, en los últimos 50 años, sobre el río Amazonas y sus afluentes se han vertido unas 1,300 toneladas de mercurio, usado en la minería ilegal, que Bolsonaro pretende regularizar.

El bosque actúa como un sumidero de carbono, absorbe más CO2 del que emite y libera oxígeno, además de almacenar de 90,000 a 140,000 millones de toneladas de CO2, lo que ayuda a regular el calentamiento global, según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, sigla en inglés).

Pero la deforestación está reduciendo esta capacidad de absorción de CO2.

420 tribus

La Amazonia ha estado habitada durante al menos 11,000 años y hoy cuenta con 34 millones de personas, de las cuales dos tercios viven en ciudades.

Casi tres millones son indios que integran unas 420 tribus diferentes, de las cuales alrededor de 60 viven en total aislamiento, según la OTCA. Los indios del Amazonas hablan 86 lenguas y 650 dialectos.

La tribu amazónica más grande es la Tikuna, que cuenta con unos 40,000 miembros que viven en Brasil, Perú y Colombia, según la organización Survival International.

El jefe indio brasileño de la tribu Kayapo, Raoni Metuktire, es el principal activista en la campaña contra la deforestación en el Amazonas y ha viajado por el mundo durante tres décadas pidiendo la preservación del bosque y su población indígena.

Manaos, la “capital” amazónica

Manaos es la capital del estado de Amazonas, la más grande de Brasil y abarca 1,5 millones de km2.

Fundada por los portugueses en 1669 a orillas del río Negro, cerca de su confluencia con el río Amazonas, Manaos tiene una población de 1,8 millones de habitantes.

Después de una rápida expansión a fines del siglo XIX debido al comercio del caucho, la ciudad entró en un gran declive hasta la creación de una zona de libre comercio en 1967.

Manaos ahora vive principalmente de su sector industrial, importando repuestos e insumos y exportando productos finales, especialmente equipos electrónicos.

Después de Sao Paulo y Río de Janeiro (ambas en el sureste), Manaos es el tercer centro económico principal de Brasil.

Deforestación masiva

Desde que el presidente de Brasil, el utraderechista Jair Bolsonaro, asumió el poder a principios de 2019, la tasa de deforestación medida en julio fue casi cuatro veces mayor que el año anterior, según un sistema satelital conocido como DETER, que es utilizado por el Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE).

Según el INPE, que rastrea la tala de la selva tropical, alrededor de 2,254 km2 de la selva amazónica fueron cortados en julio, un aumento del 278% respecto al año anterior.

Las principales causas de la deforestación son la producción de soja y ganadería, la construcción de represas hidroeléctricas y carreteras, la industria minera y los incendios forestales.

Además de su rica biodiversidad, la Amazonia es rica en recursos minerales como oro, cobre, tantalio, mineral de hierro, níquel y manganeso.

Sectores de la floresta ahora están siendo devorados por los incendios.

Las cifras del INPE muestran que se registraron cerca de 73,000 incendios forestales en Brasil entre enero y agosto, la cifra más alta en cualquier año desde 2013. La mayoría de ellos se registraron en el Amazonas.

Eso es de alto impacto si se compara con los 39,759 en el mismo lapso del año pasado.

(AFP/EFE)

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