Alfredo García
La repercusión ética del debate en el Congreso durante el juicio político al presidente, Donald Trump, en particular la valiente intervención del senador, Mitt Romney, comienza hacer efecto dentro de los legisladores republicanos.
Una semana después del voto en bloque republicano para exonerar a Trump, 8 senadores republicanos votaron a favor de una resolución vinculante presentada por los demócratas, que obliga al presidente a obtener el permiso del Congreso antes de ordenar futuros ataques contra Irán.
Antes de la votación, Trump había pedido a los senadores que rechazaran la resolución, tras considerarla un “ataque personal”. Vía Twitter el presidente escribió: “Con Irán nos está yendo muy bien y este no es el momento indicado para demostrar ninguna debilidad. Los estadounidenses apoyan de forma mayoritaria nuestro ataque contra el terrorista Suleimani. Si mis manos estuvieran atadas, Irán se aprovecharía de ello. Esto es una señal muy mala. Los demócratas solo hacen esto para avergonzar al Partido Republicano. ¡No dejen que suceda!”. Ocho republicanos desconocieron al presidente.
La fractura republicana fue una virtual censura hacia Trump, por el asesinato del general iraní Qasem Soleimani en Irak el pasado 3 de enero, sin contar con el Congreso. La orden de “ejecución extrajudicial” dada por el mandatario norteamericano contra un miembro del gobierno iraní, pudo haber conducido a EU a una guerra con el país persa, facultad que solo corresponde al Congreso, según el artículo 1 de la Constitución de EU. Irán respondió con un ataque de represalia contra dos bases iraquíes utilizadas por tropas norteamericanas que provocaron traumatismos mentales a 109 soldados, pero sin causar víctimas mortales. Afortunadamente en medio de tensa incertidumbre, prevaleció la sensatez por ambas partes, antes los llamados internacionales a la moderación.
La Casa Blanca anunció que el presidente utilizaría su poder de veto para anular la resolución aprobada por el Senado, acción que solo podría ser derogada por dos tercios de votos en ambas Cámaras, algo improbable en el actual contexto legislativo. Sin embargo aun en su carácter simbólico, la resolución del Senado con participación de legisladores republicanos, el Congreso envía un fuerte mensaje a Trump, para poner límites a sus exabruptos internacionales.
La resolución aprobada comenzó a redactarse por el senador demócrata, Tim Kaine, con el apoyo de los senadores republicanos, Mike Lee y Rand Paul, tras el ataque contra el general iraní y la poca credibilidad de la explicación brindada por miembros del gobierno a los congresistas, cuya presentación en el pleno del Senado fue aplazada por el juicio político contra Trump. Esta es la tercera vez que el Congreso se moviliza para atajar a Trump en su desvarío bélico, demostrando la fragilidad republicana en torno al presidente. El pasado año los demócratas con votos republicanos, aprobaron una resolución para suspender la ayuda a la intervención militar liderada por Arabia Saudita en Yemen y otra para limitar los poderes del presidente respecto a Irán.
Una semana después de ser fustigado en el juicio político por “abuso de poder”, Trump hizo una nueva demostración de fuerza, interfiriendo en el sistema judicial al considerar “excesiva y no ajustada a las circunstancias” la sentencia pedida por la Fiscalía para su ex asesor, Roger Stone, declarado culpable por mentir en la investigación sobre la trama rusa. Tras la crítica presidencial, el Departamento de Justicia anunció su reconsideración de la pena para rebajarla. La presión presidencial contra el sistema judicial, provocó la renuncia de 4 fiscales y una nueva acusación de “abuso de poder” de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.