WASHINGTON, EE.UU., 28 de marzo (AFP/EFE/AP).- Las muertes por el nuevo coronavirus en Estados Unidos superaron las 2,000 el sábado, duplicándose en solo tres días, mientras que los casos totales de contagio se situaron por encima de 120,000, según un recuento de la Universidad Johns Hopkins.
Al final del sábado la cifra de decesos llegó a 2,010 y cerca de un cuarto de ellos ocurrieron en la ciudad de Nueva York, reportó la universidad.
Las cifras de mortalidad en el país siguen siendo sin embargo muy inferiores a las de Italia (más de 10,000 muertes) y España (alrededor de 6,000), los países en los que los decesos han aumentado en mayor cantidad por el momento.
Convertido en epicentro de la epidemia en Estados Unidos, el estado de Nueva York, es de lejos el más afectado, con más de 55,000 casos.
Por otra parte, Nueva Jersey anunció este sábado más de 2,000 nuevos casos confirmados, elevando su total a más de 11,000 y consolidándose con mucha diferencia como el segundo estado más afectado de Estados Unidos tras el vecino Nueva York.
Con una población de cerca de 9 millones de habitantes, Nueva Jersey acumula ya 11,124 positivos, más del doble de los registrados en California, el tercer estado con más casos y cuya población ronda los 40 millones de personas.
Hasta ahora, 140 personas han fallecido en Nueva Jersey por la enfermedad, con 32 nuevas muertes en las últimas 24 horas, según informó en una conferencia de prensa el gobernador, Phil Murphy.
Nuevo desacuerdo Trump-Cuomo
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó este sábado que valoraba imponer una cuarentena de dos semanas a Nueva York y a Nueva Jersey, y partes de Connecticut para contener la propagación del coronavirus, pero finalmente desistió de la idea.
Los tres estados comparten un gran área metropolitana alrededor de la Gran Manzana en la que viven unos 20 millones de personas.
El gobernador Andrew Cuomo, que siempre ha evitado usar términos como “cuarentena” o “confinamiento” para las duras restricciones impuestas en Nueva York por el COVID-19, recalcó su oposición a esos conceptos, que cree que disparan el pánico y no se diferencia en realidad de acciones ya tomadas.
Cuomo subrayó que no tocó el asunto con Trump en la conversación telefónica que mantuvieron este sábado, pese a que el presidente había adelantado lo contrario.
Para hacer frente al creciente número de casos en todo el país, Trump declaró este sábado la situación de desastre en Michigan, Kentucky, Massachusetts y el territorio de Guam, después de que lo hiciera esta semana con Florida, Texas, Luisiana y Iowa.
La Casa Blanca anunció en sendos comunicados que esta declaración permitirá la concesión de fondos federales a esos estados para paliar los efectos de la crisis del coronavirus.
Esta dotación está también a la disposición de los Gobiernos estatales, los municipios, las reservas indígenas y algunas organizaciones no gubernamentales, siempre y cuando el dinero sea destinado a medidas de protección de emergencia contra el COVID-19.
Llamado a reservistas
En paralelo, en un discurso en Norfok, el presidente adelantó que “en los próximos cien días EE.UU. fabricará o adquirirá tres veces más respiradores que en un año”, y agregó que las plantas de compañías como Boeing, Ford y Honeywell están siendo reconvertidas para manufacturar ese tipo de equipamiento.
El viernes, Trump invocó una legislación de 1950 de la Guerra de Corea, la llamada ley de Producción de Defensa, para obligar a empresas, como General Motors (GM) a producir el material médico necesario frente a COVID-19.
Además, firmó una orden ejecutiva que permite poner en activo a militares en la reserva para aumentar el número de efectivos castrenses movilizados frente a la crisis.
Trump, ha firmado una orden ejecutiva que permite poner en activo a militares en la reserva para aumentar el número de efectivos castrenses movilizados frente a la crisis del coronavirus, según un comunicado del Pentágono enviado este sábado a Efe.
La Reserva Individual Preparada está compuesta por reservistas y soldados fuera de servicio, que suelen considerarse fuera de las Fuerzas Armadas y que raramente son llamados a filas.
De acuerdo a la orden de Trump, esos efectivos pueden ponerse en activo por hasta dos años y si se decide llamarlos a filas no pueden convocarse más de un millón al mismo tiempo.