
En un golpe que ha sido calificado como “quirúrgico” y de “valor patrimonial incalculable”, un grupo de delincuentes logró sustraer nueve piezas de la colección de joyas imperiales pertenecientes a Napoleón Bonaparte y la Emperatriz Eugenia de Montijo del emblemático Museo del Louvre, en pleno corazón de París.
El atraco ocurrió alrededor de las 9:30 de la mañana, poco después de la apertura al público. Según reportes de medios franceses y declaraciones del ministro del Interior, Laurent Nuñez, los ladrones llegaron al lugar a bordo de scooters y utilizaron un montacargas para acceder directamente a la Galería de Apolo, donde se exhibían las joyas.
Entre las piezas robadas destaca la corona de la emperatriz Eugenia, fabricada en 1855, engarzada con más de 1,300 diamantes y 56 esmeraldas, considerada una de las joyas más representativas del esplendor imperial del siglo XIX. Aunque esta corona fue hallada horas después abandonada y gravemente dañada cerca del museo, el resto de las piezas —incluyendo cetros, broches y collares ceremoniales— continúan desaparecidas.
Las autoridades francesas han calificado el robo como uno de los más audaces en la historia reciente del Louvre, comparable solo con el famoso robo de la Mona Lisa en 1911. La operación duró apenas siete minutos, lo que ha generado preocupación sobre las medidas de seguridad del recinto, considerado el museo más visitado del mundo.

El acceso de los delincuentes se dio por la fachada que da al río Sena, actualmente en obras de mantenimiento, lo que habría facilitado la entrada sin levantar sospechas. El museo fue cerrado temporalmente mientras se realiza la investigación y se revisan las cámaras de seguridad.
La Fiscalía de París ha abierto una investigación por robo agravado y daño al patrimonio nacional, mientras que la Interpol ha sido notificada para colaborar en la búsqueda internacional de las joyas desaparecidas.
Este atraco no solo representa una pérdida material, sino también un golpe simbólico al legado histórico francés, al tratarse de piezas que formaban parte del Segundo Imperio Francés y que tenían un alto valor cultural y artístico.