
La muerte del Papa Francisco tiñó de luto la Plaza de San Pedro este lunes, donde miles de fieles de todo el mundo se congregaron espontáneamente para rendir homenaje al primer pontífice latinoamericano de la historia.
La tristeza y el silencio invadieron el corazón del Vaticano, apenas 24 horas después de su última aparición pública durante la bendición “Urbi et Orbi” en el Domingo de Resurrección.
El ambiente era de consternación total. Muchos de los presentes habían acudido con la esperanza de verlo nuevamente, sin imaginar que aquella sería su despedida.
Gustavo, un peregrino colombiano, compartió con la agencia EFE que “nos representó con sencillez y humildad, fue un papa muy querido. Es una gran pérdida para toda América Latina”.

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Daniela, una joven mexicana que se encontraba dentro de la Basílica de San Pedro al momento del anuncio, expresó conmovida: “Ayer lo vimos. Estábamos felices de su presencia. Es muy doloroso, nadie lo esperaba”.
La noticia sorprendió también a turistas y peregrinos organizados en visitas guiadas. Ignacio, procedente de México, relató: “Nos avisaron que el Santo Padre había muerto. Ver cómo reaccionaban los medios y la gente fue impactante”.
Francisco falleció a los 88 años, tras haber estado convaleciente por una neumonía bilateral. A pesar de su frágil estado, apareció en público el domingo, saludando desde el papamóvil y transmitiendo un mensaje de paz.
Su muerte, ocurrida este lunes en la Casa Santa Marta, ha dejado un profundo vacío espiritual entre los católicos y no católicos por igual.
Luis, otro peregrino latinoamericano, resumió el sentir general: “Fue un papa que se abrió a todos. Vivimos una situación histórica, muy triste, pero también una gran enseñanza”.
El Vaticano aún no ha confirmado los detalles oficiales sobre los homenajes y ceremonias funerarias, pero los fieles continúan llegando para dar el último adiós a un líder que cambió el rostro del papado para siempre.
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