
El sospechoso del brutal ataque contra figuras clave de la política estatal en Minnesota, Vance Boelter, de 57 años, comparece este lunes ante un juez tras ser acusado de asesinar a la congresista Melissa Hortman y a su esposo, así como de herir gravemente al senador John Hoffman y a su pareja.
El atentado, perpetrado la madrugada del sábado en los suburbios de Minneapolis, desató una crisis nacional. Boelter, disfrazado con uniforme policial y una máscara de látex, irrumpió en los domicilios de los legisladores estatales y abrió fuego. Hoffman recibió nueve disparos; su pareja, ocho. Según la senadora Amy Klobuchar, ambos se encuentran en recuperación.
Boelter fue capturado el domingo tras 48 horas de búsqueda, en lo que las autoridades describen como la mayor operación policial en la historia del estado. La recompensa por información alcanzó los 50 mil dólares. Su detención ocurrió sin resistencia, en una zona boscosa cercana a Green Isle.
En el vehículo que abandonó cerca de la residencia de Hortman, se halló un cuaderno con los nombres de otros legisladores y grupos proaborto, lo que refuerza las versiones de un móvil político con tintes ideológicos extremistas.

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Boelter enfrenta dos cargos de homicidio en segundo grado y dos por intento de homicidio, que podrían derivar en penas de hasta 40 años. Permanece bajo custodia en el condado de Hennepin.
El gobernador de Minnesota, Tim Walz, declaró que este tipo de violencia “no puede ser la norma”. La presidenta Hortman, madre de dos hijos, era una figura clave en la defensa del derecho al aborto, tema que, según autoridades, pudo haber motivado el ataque.
En medio de un clima político polarizado y tras otros incidentes recientes, como el intento de asesinato contra Donald Trump en julio pasado, este caso reaviva la preocupación por la violencia política en Estados Unidos.
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