
Las autoridades de Nueva York confirmaron la identidad del agresor que desató un tiroteo en el corazón de Manhattan, dejando un saldo de cuatro personas fallecidas, incluido un oficial de policía.
Se trata de Shane Tamura, un joven de 27 años originario de Las Vegas, quien tenía como objetivo las oficinas de la NFL, pero terminó ingresando por error a una inmobiliaria en el mismo edificio.
Así ocurrió el tiroteo en Park Avenue
Tamura condujo su BMW desde Nevada hasta Nueva York. Al llegar, estacionó en doble fila frente a un edificio de 44 pisos en Park Avenue y accedió al lobby, donde disparó contra un policía, una mujer y un guardia de seguridad. Luego subió al piso 33, donde continuó disparando indiscriminadamente antes de quitarse la vida.
El inmueble alberga diversas empresas, entre ellas Blackstone, KPMG y las oficinas de la NFL. Investigaciones apuntan a que Tamura quería atacar específicamente a esta última organización, motivado por un resentimiento derivado de una posible encefalopatía traumática crónica (ETC), una condición vinculada a golpes repetidos en la cabeza, común en deportistas de contacto.

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El trasfondo: ETC y frustración personal
De acuerdo con autoridades locales, entre las pertenencias del agresor se halló una nota en la que responsabilizaba a la NFL por supuestas secuelas neurológicas tras su paso por el futbol americano en la preparatoria. Tamura nunca alcanzó niveles profesionales ni universitarios en el deporte.
El incidente dejó también a un empleado de la NFL herido de gravedad, aunque se encuentra hospitalizado en condición estable. El comisionado Roger Goodell expresó su solidaridad con las víctimas y sus familias.
Reacción política y contexto nacional
El expresidente Donald Trump se pronunció sobre el hecho desde su red Truth Social, calificando el ataque como un acto de violencia sin sentido y enviando condolencias a los afectados.
Este caso representa el tiroteo masivo número 254 en lo que va del año en Estados Unidos, según cifras de Gun Violence Archive, que clasifica como tiroteos masivos aquellos con al menos cuatro víctimas mortales, excluyendo al tirador. El caso ha reavivado el debate sobre la salud mental y el acceso a armas en el país.
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