
Un jurado investigador federal acusó a la alcaldesa de Nueva Orleans, LaToya Cantrell, de asociación delictuosa, fraude y obstrucción de la justicia, como parte de una indagatoria sobre presuntos intentos de ocultar una relación romántica con su guardaespaldas, Jeffrey Vappie.
La acusación representa un nuevo capítulo en la turbulenta gestión de Cantrell, quien se convirtió en la primera mujer en ocupar la alcaldía en los 300 años de historia de la ciudad.
Investigación y cargos
Los fiscales federales aseguran que Cantrell y Vappie utilizaron sus cargos públicos para implementar un esquema con el fin de defraudar a la ciudad y mantener encuentros personales en horarios de servicio.
Según el acta de acusación, ambos intercambiaron mensajes cifrados en aplicaciones móviles y luego los borraron para evitar ser detectados.

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Vappie, que se retiró del departamento de policía en 2023, enfrenta acusaciones de fraude electrónico y declaraciones falsas. Está programado para ser juzgado en enero de 2026 y ya se declaró inocente.
Una alcaldía debilitada
La oficina de la alcaldesa no ha emitido comentarios, mientras que Cantrell se prepara para dejar el cargo en enero, al concluir su segundo mandato.
Durante los últimos años, su relación con el Concejo Municipal se deterioró, al punto de enfrentar un intento de destitución en 2022.
El presidente del concejo, JP Morrell, calificó el proceso como “un día triste para la gente de Nueva Orleans”, aunque expresó solidaridad con la familia de la alcaldesa.
Perfil político en declive
En medio de este escándalo, Cantrell ha visto disminuir su influencia política. Analistas señalan que sus primeros logros se vieron opacados por conflictos internos y disputas con un concejo cada vez más hostil.
Además, reformas recientes aprobadas por los votantes limitaron significativamente su autoridad como alcaldesa.
Sus aliados sostienen que Cantrell ha sido víctima de un trato desigual por su condición de mujer afroamericana y que ha enfrentado ataques políticos constantes. No obstante, la acusación federal podría marcar el final de su vida pública con un desenlace aún incierto.
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