
En medio del continuo intercambio de ataques entre Ucrania y Rusia, el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) informó este domingo que logró destruir un avión de combate ruso Su-30SM en un ataque nocturno con drones contra el aeródromo militar de Saki, ubicado en la península de Crimea, ocupada por Rusia desde 2014.
Según el comunicado del SBU, el aeródromo atacado es una base clave para las operaciones aéreas rusas sobre el mar Negro.
Además del avión Su-30SM —valorado entre 35 y 50 millones de dólares—, se reportaron daños a otro modelo, un Su-24, también estacionado en esa instalación militar.
Rusia responde: asegura haber derribado 61 drones ucranianos
Por su parte, el Ministerio de Defensa ruso informó que sus sistemas antiaéreos derribaron un total de 61 drones ucranianos entre la noche del 3 de agosto y la madrugada del 4.
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De estos, 18 fueron interceptados sobre el mar Negro, 12 en la región de Vorónezh y 11 en Crimea. También se registraron derribos en las regiones de Bélgorod, Volgogrado, Briansk, Rostov, Moscú y Riazán.
Los ataques con drones han provocado afectaciones logísticas, como el retraso de trenes en Volgogrado debido a restos caídos en las vías férreas, así como el cierre temporal de vuelos en los aeropuertos de Volgogrado y Tambov.
Escalada nocturna con drones como arma principal
La ofensiva nocturna mediante aeronaves no tripuladas se ha convertido en una constante de la estrategia ucraniana para debilitar la infraestructura militar rusa en territorio ocupado y en regiones clave de retaguardia.
Durante el fin de semana, el gobierno ruso reportó haber derribado un total de 205 drones en distintos puntos del país.
Debido a la naturaleza del conflicto, muchas de las afirmaciones de ambos bandos no pueden ser verificadas de forma independiente. Sin embargo, los ataques con drones siguen marcando una nueva fase de la guerra, con consecuencias tanto militares como civiles.
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