La guerra en Ucrania alcanzó un nuevo pico de tensión tras una noche marcada por uno de los ataques más masivos perpetrados por Rusia desde el inicio de la invasión.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, informó que más de 300 drones kamikaze y 30 misiles fueron lanzados por las fuerzas rusas en un operativo que afectó al menos a 10 regiones, incluidas Odesa, Dnipro, Sumi y Kiev.
En Odesa, una mujer murió y otras seis personas resultaron heridas, incluido un menor, luego de que un dron impactó un edificio de nueve pisos, provocando un incendio. Según el alcalde Gennadi Trujanov, al menos 20 drones atacaron la ciudad portuaria durante la madrugada.
La región de Dnipro, en particular la ciudad de Pavlograd, vivió una “noche infernal”, según describió el jefe regional Sergi Lisak. Se registraron severos daños en infraestructura civil, estaciones de bomberos y complejos industriales.
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Sumi, al noreste del país, también fue blanco de los bombardeos, dejando sin electricidad a miles de residentes. Las defensas aéreas ucranianas lograron interceptar 20 drones sobre Kiev, evitando víctimas en la capital.
Zelenski pidió a la comunidad internacional, especialmente a Estados Unidos, acelerar la entrega de armamento y sistemas de defensa aérea, y destacó que la producción local de drones y armas es clave para frenar la ofensiva rusa.
En el frente de combate, las fuerzas ucranianas informaron que repelieron todos los ataques cerca de Pokrovsk, en Donetsk, y causaron mil 120 bajas rusas en las últimas 24 horas.
Aun así, la plataforma Deep State confirmó que Rusia tomó la aldea de Yablunivka y logró pequeños avances en otras regiones.
Con estos acontecimientos, Zelenski reiteró que el respaldo militar occidental es urgente para proteger a la población civil y sostener la defensa ante un enemigo que no cesa en su avance.
IO
