México

Migrantes, desesperados, viajan en camiones para pollos

En su camino hacia Guadalajara, los centroamericanos angustiados y con niños se subieron a todo tipo de vehículo, incluido uno que transportaba ataúdes

IRAPUATO, Guanajuato, 12 de noviembre (AP).- Varios miles de migrantes centroamericanos hicieron dedo el lunes para conseguir que alguien los lleve hacia la ciudad de Guadalajara, en el oeste de México, con el objetivo de avanzar por la costa del Pacífico hacia el norte.

Mientras a comienzos de octubre, cuando arrancó la caravana, los migrantes sufrían el calor del sur de México, ahora viajaban envueltos en mantas para protegerse del frío de la mañana.

Los migrantes se reunieron temprano en una carretera que sale de la ciudad central de Irapuato para subirse a camiones que los lleven a Guadalajara.

Los migrantes aprovecharon para viajar en todo tipo de vehículos, incluido uno que transportaba ataúdes.

Una de las escenas más angustiantes fue cuando cientos se apiñaron para entrar en un camión de transporte de pollos. Algunos, con sus niños en brazos, se acurrucaron en los cajones de un metro de alto con aperturas por donde apenas podían sacar las manos o asomar la cara.

La hondureña Karen Martínez, de 29 años y oriunda de Santa Rosa de Copán, fue una de las primeras en salir del albergue de Irapuato con su hermana y sus tres hijos de 6, 11 y 13 años. “Ahí venimos, a ratos llorando, a ratos riendo, pero ahí vamos adelante”, dijo.

Contó que afortunadamente hay más vehículos que los transportan, por lo tanto no tienen que hacer su recorrido a pie, aunque el frío los obliga a salir tapados hasta los ojos. Martínez agradeció el apoyo de las autoridades mexicanas y aunque aún está a dos mil 500 kilómetros del cruce fronterizo entre Tijuana y San Diego, ve un poco más cerca su sueño.

Este lunes varios miles de migrantes llegaron a la ciudad de Guadalajara. Autobuses interurbanos de Guadalajara custodiados por la policía trasladaron a muchos migrantes desde la frontera del estado de Jalisco hasta el auditorio habilitado para recibirlos. La policía municipal de la ciudad también transportó a varios viajeros en sus camionetas desde la frontera estatal a la cuidad.

Después de un mes de caravana, los migrantes se sienten cansados pero no desmoralizados.

Una vez en Guadalajara, los migrantes fueron entrando en el auditorio en dos filas: una para las mujeres niños y familias donde personal del DIF –una institución pública mexicana de asistencia social– les registraban. Lázaro Gómez, un doctor del organismo, estimó que para este lunes por la tarde ya habían ingresado en torno a 3,000 personas.