“La soberbia es una discapacidad que sueleafectar a pobres infelices mortales quese encuentran de golpe con una miserable cuota de poder.”José de San Martín
Un consejo muy frecuente que se les da a las personas que de alguna forma han adquirido poder o fama, es el de mantener los pies en el piso, porque muchas veces ambos, o alguno de ellos, según sea el caso, pueden convertir a una persona en alguien que no solía ser, tornándose en un sujeto prepotente, cuya característica principal reside en tener una excesiva valoración sobre sí mismo, por lo que se siente superior a los demás, lo que lo lleva en muchas ocasiones a tratar de imponerse a la fuerza, creyendo que los demás deben someterse a su voluntad.
El origen etimológico de la prepotencia proviene del latín praepotentia, y es una característica que presentan algunas personas cuando tratan de imponer su poder o autoridad sobre otros sujetos por el simple hecho de ostentarlo o para sacar provecho del mismo.
Otras formas de evidenciar la prepotencia es cuando sentimos que debemos de estar antes que todos y que tanto nosotros y nuestro tiempo es más valioso que el del resto de los demás, cuando nos gana la impaciencia y no podemos esperar en una tienda o en un restaurante y exigimos ser atendidos antes, a pesar de haber llegado después.
Este “mareo” que causa la sobrevaloración que sentimos hacia nosotros puede presentarse también en el ambiente laboral, cuando un superior trata a su empleado de mala manera, es déspota y amenaza con despedirlo si no obedece las instrucciones que le da al pie de la letra, valiéndose del poder que le da estar en un orden jerárquico superior que le hace sentir que tiene derecho de amedrentar a sus subordinados.
¿Cuáles son los motivos que mueven a una persona a ser prepotente y a tratar a los demás con desprecio? ¿De dónde proviene esa necesidad de humillar a las personas? ¿Es algo que les resulta placentero?
Debido a que la prepotencia es una actitud desagradable e injusta hacia los demás, el precio que se paga muchas veces puede llegar a extremos como el aislamiento y la soledad, ya que es un comportamiento socialmente reprobable por ser desagradable e injusto, en el que muchas veces está implicado la violencia tanto verbal como física, así como el denigrar a quienes ofrecen un servicio, y que por este hecho son considerados como inferiores y dignos de recibir un maltrato.
Puede que quien actúa con prepotencia sienta miedo a la soledad, al desprecio, e irónicamente es allí adonde conduce esta actitud, aunque no se puede descartar que el origen puede estar también en conductas aprendidas como la de los padres.