CIUDAD DE MEXICO, 2 de octubre (SinEmbargo / AFP / EJE CENTRAL).- Al grito de “¡Dos de octubre, no se olvida. Es de lucha compartida”, se realizó la marcha por el 51 aniversario del movimiento estudiantil de 1968.
“Ni perdón. Ni Olvido”, se leyó sobre una bandera.
A más de cinco décadas de impunidad por la matanza de Tlatelolco, la demanda fue la misma: Verdad y Justicia. “Juicio y Castigo a Echeverría”, se escuchó entre las consignas.
Sobrevivientes e integrantes del Comité 68 encabezaron la movilización que partió desde la Plaza de las Tres Culturas hacia el Zócalo capitalino.
El segundo contingente estuvo integrado por padres y madres de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
“¡Vivos los queremos!”, gritaron fuerte y al unísono. Estudiantes de escuelas normales, universidades, activistas se sumaron a la movilización que aglomeró a miles de manifestantes.
Al costado de la marcha se formaron dos largas “vallas humanas” integradas por funcionarios del Gobierno de Ciudad de México y civiles, de todas las edades, que portaron playeras blancas con la leyenda “2 de Octubre, No se olvida”, en la parte frontal. Se trató del cinturón de paz que rodeó el acto simbólico.
“Justicia, Justicia”, corearon algunos funcionarios y civiles desde su posición de cinturón de paz. Sin embargo, sobre las calles aledañas policías y granaderos aguardaron en posición firme y a la espera.
A este movimiento se sumaron nuevas demandas: justicia para el caso Ayotzinapa; alto a la ola de desaparecidos y a la violencia. “De Norte a Sur de Este a Oeste, ganaremos esta lucha, cueste lo que cueste”, gritaron jóvenes durante la caminata hacia el Zócalo.
Durante la multitudinaria marcha, decenas de personas cargaron pancartas que decían “Justicia para el Pueblo” y “No conmemoramos nada, tenemos mucho por lo qué protestar”.
Otras pancartas exhibidas en el acto rezaron “51 años de impunidad”.
“La verdad es importante para la no repetición de hechos tan violentos”, dijo durante la marcha Félix Hernández, sobreviviente de esa masacre.
Hernández exigió que se abran archivos del Estado para conocer “quiénes fueron los que dieron la orden y quiénes participaron”. “Saben cuántos murieron y cuántos de los 2,000 detenidos fueron desaparecidos”, dijo.
“Esta marcha cada año suma más manifestantes a la par de la impunidad; marchamos hijos de víctimas del 2 de octubre, de familiares de desaparecidos, de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, de mujeres asesinadas, hasta de policías emboscados en la guerra contra el narco”, dijo Aurora Solís, estudiante de medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“Esta marcha es un grito de exigencia de justicia”, agregó.
Decenas de locales de la ciudad fueron cerrados ante posibles actos vandálicos mientras que vallas metálicas fueron colocadas frente a varios edificios capitalinos en el área por donde circulaba la marcha.
A la vanguardia se ubicó el colectivo Comité del 68, seguido por grupos estudiantiles de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
A la manifestación también se sumaron integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y alumnos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, quienes participaron en el mitin de cierre.
14 lesionados
El Gobierno de la Ciudad de México informó que tras la marcha en conmemoración de los 51 años del movimiento estudiantil de 1968 se reportaron 14 personas lesionadas, la mayoría policías, así como la detención de tres personas que después fueron liberadas. “Se reportaron 14 personas lesionadas, la mayoría elementos de la policía con heridas leves y tres que ameritaron traslado al hospital”.
“La Secretaría de Seguridad Ciudadana detuvo momentáneamente a tres personas que habían tirado petardos a la policía, quienes minutos después fueron liberadas ante la mediación de diversas organizaciones de la sociedad civil”, detalló.
De acuerdo con el Gobierno capitalino, a la manifestación acudieron alrededor miles de personas que en su mayoría, precisó la autoridad, se manifestaron de manera pacífica.
“(…) Sin embargo, un grupo de alrededor de 100 personas encapuchadas, que se mezclaron entre los contingentes, lanzaron petardos y rompieron vidrios, en algunos puntos del recorrido. El objetivo de estos grupos era provocar un escenario de represión en donde los elementos de la Policía de la Ciudad de México, utilizaran la fuerza de forma generalizada contra los asistentes, lo cual no ocurrió”, puntualizó en un comunicado.
Se constató que nada más el grueso manifestantes llegó a 5 de Mayo y los petardos y cohetes se empezaron a escuchar. Y con ello, el cinturón de paz se rompió.
Pero fue en el cruce de 5 de Mayo y Calle de la Palma donde estalló por minutos la tensión. Y es que elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana encapsularon por un momento a los manifestantes que se dirigían al Zócalo. De pronto volaron botellas, y al momento de registró un detenido, que posteriormente fue liberado.
De acuerdo con la autoridad de la Ciudad de México los 12 mil servidores públicos capitalinos implementaron exitosamente el Cinturón de Paz. “El Gobierno reconoce y agradece enormemente su compromiso cívico y la defensa de la paz en la ciudad”. Además, el Gobierno de la capital informó que el Cinturón de Paz fue acompañado por 25 observadores de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México y 15 de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
En tanto, la Secretaría de Seguridad Ciudadana implementó un operativo con 2 mil 500 elementos policiacos.
Creación de Fiscalía Especial
La creación de una Fiscalía Especial para investigar la matanza de Tlatelolco fue una de las exigencias que enarbolaron el Comité 68 y organizaciones civiles que a más de cinco décadas aún luchan contra la impunidad. Esta exigencia, que se hizo desde el año pasado al Presidente Andrés Manuel López Obrador, fue reiterada el lunes en una conferencia de prensa y ayer durante la marcha.
Víctor Guerra, integrante del Comité 68, aludió que es una burla que hasta la fecha el crimen sigue impune aún y cuando en el 2006 hubo una sentencia que calificó como genocidio lo ocurrido en Tlatelolco.
“Es increíble que en México, los tribunales, el 5to Tribunal Colegiado haya establecido en una sentencia de amparo que lo ocurrido el 2 de octubre fue un genocidio, pero ahora desgraciadamente, no hay un solo genocida preso en este momento. Fuera de Luis Echeverría -que estuvo en prisión domiciliaria dos años, pero, además de él, no hay ninguna otro que haya sufrido la consecuencia de sus actos de aquel”, dijo.