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Opinión

Joven denuncia opacidad de la Fiscalía para atender violencia sexual

Graciela Machuca Martínez

 

Jimena Longoria, una joven de 27 años, se envalentonó, y dejó atrás la vergüenza para exponer su verdad, su caso, luego de haber sido objeta de abuso sexual el domingo 9 de diciembre, ante la opacidad de las autoridades por hacer justicia, con total desconocimiento del protocolo para la atención de casos de hostigamiento, acoso y aprovechamiento sexual para la Administración Publica del Estado.

La falta de la atención expedita y trato empático, con base en principios de los derechos humanos, fue lo que hizo que Jimena Longoria denunciara la incertidumbre y la forma déspota y maltrato a su persona, que rompe con el protocolo, que ella no hizo mención, pero que es de ley su aplicación, y debe hacerlo desde la perspectiva de género.

Se antepuso el coraje, el enojo y la impotencia ante le irresponsabilidad de la Fiscalía General de Justicia, que hoy estrena nuevo fiscal. Ella se atrevió y rompió el anonimato para denunciar su caso y otros de mujeres violentadas sexualmente.

Longoria, fue víctima de violación la noche del domingo en la colonia Forjadores de Playa del Carmen. Su molestia es que pese a toda la información proporcionada ante la Fiscalía, el agresor está libre, por lo que pide justicia.

Ella alzó su propia voz, pero es la voz que resuena para otros casos, amén de la alza en los feminicidios y la violencia contra las mujeres, los casos de abuso sexual son un escándalo tan solo en los años del 2015 al 2017, se registraron 16 casos denunciados, producto del abuso sexual de maestros al alumnado, toda vez que en el 2017, la Secretaría de Educación denunció seis casos, todos registrados en el municipio de Benito Juárez, Cancún; esto de acuerdo a la información proporcionada a los medios de comunicación por la Secretaría de Educación.

Denuncia el pésimo trato de autoridades a las víctimas; exige justicia para su propio caso, pues su agresor está suelto. Y espera que haya cada vez menos casos de violación y de violencia contra las mujeres; cuando se escucha la denuncia de una joven cansada, humillada, llama poderosamente la atención cuando Jimena Longoria, señala: “Yo sé perfectamente que yo no lo provoqué; sé perfectamente que no es mi culpa; estoy bien; sé muy bien lo que me pasó”, y lo denuncia con enjundia y exigiendo, ante las autoridades procuradoras de justicia que son las que hacen preguntas absurdas que llevan a pensar que las autoridades no solo no hacen bien su trabajo de investigación, sino que no es con perspectiva de género.

Es absurdo escuchar esa respuesta “YO NO LO PROVOQUÉ” tan simple como que le están diciendo: “TE ATACÓ PORQUE TU LO PROVOCASTE” o ¿cómo le preguntaron? Para que Jimena tenga esa respuesta. No hay que ser jurista para saber como investigan, como levantan las actas administrativas, y que son jornadas cansadas que las mujeres violentadas, mancilladas prefieren dejar el caso, muchos casos quedan entonces en la impunidad ante una Fiscalía ciega al género.

Más allá de sopesar su vergüenza, Jimena habla a nombre de otras mujeres “estoy aquí para alzar la voz por esas mujeres que no pueden hacerlo; no es posible que nos quedemos calladas; no es posible que les dé pena alzar la voz; no es posible que, luego de que te ataca un tipo, las autoridades no te atiendan como debería de ser; es increíble su falta de empatía”.

Así habló de manera valiente ante los medios que plasmaron la denuncia, que seguramente, se fue al archivo, a la hemeroteca de la oficina de la Fiscalía General de Justicia, la institución que debe velar por la seguridad ciudadana, en especial de las mujeres, en el marco de las medidas emergentes que demanda y exige la Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres (AVGM).

Jimena denunció la reiterada inconformidad de las mujeres que además de ser mancilladas, ultrajadas, la misma autoridad las remata con su comportamiento y falta de visión, al señalar la manera en que tratan a las mujeres cuando acuden a poner su denuncia sobre violación parece que es una táctica para desanimarlas, para que lo hagan. Y agrega: “Incluso, la médico legista que me atendió en el Ministerio Público, sus preguntas a mí me parecían ofensivas y que no tenían nada que ver con lo que había ocurrido. Sin embargo, yo hice todo el proceso justamente para que cuando yo esté exigiendo no me digan ‘es que te faltó pasar aquí’, ‘es que te faltó la firma’”.

La joven señala que hizo todo lo que se tiene que hacer y pidió ante los medios que la Fiscalía le muestre las imágenes del tipo, porque asegura que hay cerca de 10 cámaras entre casas, escuelas y negocios, por el camino que ellas recorrió. Exige que se de a conocer el rostro del violador, porque puede poner en peligro a mujeres no solo aquí en Playa del Carmen, sino Cancún, Puerto Morelos, Tulum y Puerto Aventuras.

Las autoridades hoy deben proporcionar medidas de seguridad a la joven Jimena Longoria, porque su denuncia pública contra los abusadores la pone en peligro.

Sin embargo, Jimena Longoria y a pesar de su afectación aporta su valentía y visión no solo para exhibir las miserias que en la realidad son las instituciones de procurar justicia y el “maldito falso discurso de estar atendiendo la violencia hacia las mujeres” y va más allá, al pedir no solo el esclarecimiento y justicia para su caso, busca también que no les pase lo mismo a otras mujeres de este estado.

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