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Opinión

El pensador de las consecuencias

Iván de la Nuez

Ha muerto de un infarto, a los 86 años y en París, Paul Virilio. Un pensador, arquitecto, urbanista y curador de exposiciones que abrió un trecho lateral en el pensamiento contemporáneo.

Así, cuando buena parte de sus coetáneos buscó consuelo en las causas, Virilio basó su pensamiento en las consecuencias. Cuando la mayoría de ellos se nutrió de las fuentes escritas, Virilio privilegió los estímulos visuales. Cuando muchos colegas buscaron la concatenación de los hechos, Virilio concedió un sitio preponderante a lo accidental para entender los problemas del mundo.

Virilio es el pensador de la imagen sobre las palabras, del accidente sobre la secuencia de los hechos, de las consecuencias sobre las causas, de la ciudad sobre la nación, de los afectos sobre los razonamientos.

Si antes de Virilio el arte imitaba a la vida, después de Virilio imita a la supervivencia. Y si antes de Virilio el arte podía repetir a la política, después de Virilio el atentado evoca a la naturaleza.

Aunque diferentes en sus causas, para Virilio el accidente, la catástrofe natural y el atentado tienen en común sus resultados: la interrupción súbita de la vida cotidiana, la devastación del paisaje, el trauma posterior a la debacle.

En esa situación de pánico, la ciudad deja de ser un espacio de congregación y trabajo para convertirse en un ámbito de atomización y de ocio (o desempleo). Y deja de ser una ilusión de encuentro o realización para transformarse en un territorio de pérdida y fracaso.

Claro que en la ciudad muchas cosas todavía funcionan. Pero, por eso mismo, conviene recordar aquella frase de los militares que a Paul Virilio le gustaba repetir “Cuando algo funciona, es porque ya está superado”.

Como superada está ya esta ciudad actual en la que sobrevivimos como habitantes fantasmas. Como cómplices, víctimas y testigos de la violencia que la multitud ha ejercido sobre la comunidad, el vacío sobre la soledad, la expulsión sobre la acogida, el urbanita sobre el ciudadano.

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