Guillermo Fabela Quiñones
Apuntes…
La visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a la región conocida como el “Triángulo Dorado”, en los límites de Sinaloa y Durango, ayudará a desmitificar la mala fama de la región, zona considerada como una de las más importantes productoras de marihuana y amapola del país. En Badiraguato y Tamazula comprobó que la mayor parte de la gente quiere un cambio verdadero que permita abatir la violencia y la inseguridad.
Los desequilibrios sociales y económicos que caracterizan a nuestra nación en la actualidad, son consecuencia del capitalismo salvaje que se condensa en el modo de producción neoliberal. Si en Estados Unidos crece un gran mercado de estupefacientes, aquí ha surgido una amplia capa de jóvenes sin empleo y perspectivas de mejoramiento que encuentran acomodo en las bandas delictivas que surten ese gran mercado. En consecuencia, la solución está en que los gobiernos de México y Estados Unidos actúen coordinadamente para frenar trasiego y consumo.
No hay otra solución racional, como se vio durante el sexenio de Felipe Calderón, quien de manera por demás irresponsable activó la guerra contra el narcotráfico, sólo por condescender con la Casa Blanca que dispuso lo que llamó Iniciativa Mérida, la cual no se contempló como estrategia contra el flagelo sino como un mecanismo para impulsar el mercado de armas estadunidense y meter a México en una dinámica de violencia de la que no hemos podido salir desde el año 2006.
López Obrador comprobó que la raíz del problema no son los capos del narcotráfico, sino el caos que se provocó absurdamente para favorecer el mercado en Estados Unidos y desestabilizar a México. La situación se salió de control, tanto en Colombia como en nuestro país, cuando en Washington han decidido unilateralmente que es tiempo de reorganizar la demanda y la oferta en condiciones ventajosas para Estados Unidos.
Sin embargo, ante el descontrol actual, debido a que la demanda ha crecido exponencialmente con nuestros vecinos, y al hecho muy peligroso que implica para México que los migrantes sean pretexto para que el gobierno de Donald Trump nos presione al viejo estilo imperialista, ha llegado la hora de que se ataque el narcotráfico de manera integral y conjuntamente con los sectores más progresistas de la súper potencia. Estos han comprendido que el verdadero peligro para Estados Unidos no son los migrantes, sino las causas que provocan la emigración.
Como bien dijo López Obrador en Tamazula: “Es muy irresponsable, muy inhumano abandonar a los jóvenes y luego, ya cuando toman el camino de las conductas antisociales, se les masacra. No, ésa ya no va a ser la política que nosotros vamos a aplicar”. Tiene muy claro que el fondo del problema es la desatención de gobiernos sin compromiso social, que han abandonado a los jóvenes como si fueran un producto más en el mercado, tal como los enervantes.
Si Trump cree (mañosamente) que con un muro va a terminar con la migración ilegal, está tan equivocado que cada día pierde más su propia base electoral. El camino es el desarrollo, la justicia social en las naciones expulsoras de mano de obra. El imperialismo fracasará en la medida que sus beneficiarios sigan codiciando las riquezas de América Latina. El mundo ya cambió y esto lo saben cada vez más ciudadanos estadunidenses.