Opinión

Niños victimados

Alberto Híjar Serrano

Como otras celebraciones mercantiles, el Día del Niño es promovido con una caracterización de la niñez para la clientela que toma nota de gustos y actitudes construidas por la industria del espectáculo y la publicidad. Una genealogía permite descubrir los orígenes de todo esto en el ascenso burgués en la Europa Central en el siglo XVIII. Los autores clásicos como Perrault, Andersen y los alemanes, narran historias de horror como la de Hansel y Gretel encerrados en una jaula donde la bruja los toca para saber si están listos para la olla del suculento caldo. (En la memorable exposición “Chicles, Chocolates y Cacahuates” en los 70, Felipe Ehrenberg hizo una serie de dibujos con punta de plata jugando con el tocamiento. El INBA exigió tapar la serie, por lo que hubo de cubrirse con una cortina y letreros de prohibido que alentaron al público a formar una larga fila tras la cortina). La moral burguesa de la obediencia, la disciplina y el respeto a los mayores, nutren las fábulas de Esopo para construir niños piadosos y obedientes.

Lamento insistir, como el año pasado, en la pederastia concretada en el concurso “Pequeños Gigantes” en una de las televisoras más poderosas, donde los niños seleccionados y orientados en sus vestuarios y coreografías por expertos, procuran imitar los trajes y los cuerpos con música y canciones de una sensualidad que no entienden del todo pero la reproducen con la complicidad de sus familiares, los jueces y el equipo de producción. Las respuestas ingenuas son convertidas en ridículo para el regocijo de los jueces y el público. De risa fácil, el vejete Miguel Bosé, protagonista principal del costoso concierto contra el Presidente Maduro, ríe ante la caída de un niño bailarín fallido, según repite el anuncio del programa para convocar a la burla de los niños reducidos a adultos imitadores.

Celulares, computadoras y tabletas son regaladas para mantener tranquilos y sin ruido a los infantes indefensos. No hace mucho, una pareja de promotores culturales libertarios entregó a su bebé en una carriola, un celular que el niño aceptó gustoso para picar botones y ver lucecitas.

La violencia de las series de nueva generación de dibujos animados es reproducida en los cines, las televisoras y los juguetes de plástico. No hay ley que pueda contener todo esto que mantiene como Secretario de Educación Pública a un agente de TV Azteca y de Subsecretario a un ex dirigente estudiantil derivado en promotor de la evaluación para una educación de “calidad” impuesta por el Banco Mundial y la OCDE. No hay más oposición a esto que los cientos de talleres infantiles que procuran darle al juego toda la importancia formativa que puede tener sin influencias nefastas por los personajes, las músicas y los usos del cuerpo. Amor y ternura son atributos de las izquierdas radicales por lo que es pertinente recordar a Alberto Korda no sólo por sus fotos del Che y de Sartre y Simone de Beauvoir, sino en especial, de la bella niña que carga como bebé un trozo de palo, ahí donde no hay más.